RECONOCIMIENTOS INSTITUCIONALES

Un Nacional para Eduardo Mendoza

El autor de 'La ciudad de los prodigios' recibió uno de los diez galardones del Conca.

Carles Duarte entrega al premio a Mendoza.

Carles Duarte entrega al premio a Mendoza.

ELENA HEVIA
BARCELONA

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No fue el discutido rodaje de la serie televisiva Isabel sino la concesión de los Premis Nacional de Cultura que concede el Consell Nacional de Cultura i les Arts (Conca) lo que albergó anoche el histórico Saló del Tinell. El acto contó con muchas novedades y abrió caminos, quizá el más significativo distinguir por primera vez a un escritor catalán de expresión castellana-ya Carles Duarte, presidente del Conca, había avisado de esa posibilidad el pasado año- y se optó por uno de los más reconocidos, Eduardo Mendoza. El autor de La ciudad de los prodigios no recogió su premio solo sino acompañado de la escritora Imma Monsó, quien el pasado año publicó su celebrada novela La dona veloç. ¿Dos escritores premiados por una misma disciplina, la literatura? La novedad estriba en que las 16 distinciones que hasta el momento daba el Conca se han recortado este año a 10, aboliendo las categorías.

De Mendoza, la presentadora y  actriz Laia Costa, destacó su capacidad para crear paisajes, y él podía haber hablado de las localizaciones barcelonesas de sus obras, nada metafóricas pues son «el paisaje real, el mundo que nos rodea», pero prefirió mencionar el de los demás, el Londres de Dickens que tanto ama.  En cambio, Monsó quiso marcar las diferencias con su acompañante. Para empezar apenas hay contexto paisajístico en sus obras: «Lo que más me interesa es el individuo y sus pequeñas actitudes».

El resto de los galardonados incluía a la veterana oceanógrafa y microbióloga Josefina Castellbí, pionera en la participación española en la investigación en la Antartida. «Otros países mantienen allí un objetivo geopolítico pero para España la finalidad es científica», recordó al recoger su premio.

El pianista de jazz Agustí Fernández invitó al público del Tinell a realizar la escucha profunda del sonido. «Es ella la que te dice lo que debes tocar».

El pensador Josep Ramoneda, que estos días saca al mercado su nueva revista de pensamiento La maleta de Port Bou se atrevió con una definición de la cultura que incluía conceptos como complicación, información, tragedia, ironía, control, negatividad y sospecha, además de vincularla a Google. «Hoy es el intelectual más importante porque todos pasamos por él».

Tras la diseñadora de joyas italiana Elsa Peretti, Josep Maixenchs, fundador y director de la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (Escac), fue el único que en plan reinvindicativo recordó que la cultura «tiene muchos creadores y pocos impulsores».

El reusense y director del Lliure, Lluís Pasqual, acompañó al director del Centre de Lectura de Reus, Xavier Filella, que recibió el premio para la entidad. «Mi abuela que era roja y separatista fue la que me apuntó al Centre -recordó Pasqual-. En los años 50 y 60 era un lugar donde podías quitarte el franquismo de encima como una piel muerta».

Otro hombre de teatro, Herman Bonnin, padre de La Seca- Espai Brossa, fue distinguido por su trayectoria, al igual que el veterano escultor Francesc Torres Monsó.