TEMPORADA 2017

Todas las caras de Picasso

El museo del genio exhibirá la evolución del artista a través de su dilatada producción de retratos

Diana Wildmaier, nieta de Picasso, junto a `Maya con traje de marinero¿, en la inauguración de 'Picasso retratos' en Londres.

Diana Wildmaier, nieta de Picasso, junto a `Maya con traje de marinero¿, en la inauguración de 'Picasso retratos' en Londres. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El inclasificable\u00a0","text":"Arthur Cravan, la Barcelona de 1917 y el grabado protagonizar\u00e1n las otras muestras del a\u00f1o\u00a0"}}Programación heredada y programación nueva. Esta es la propuesta del nuevo director del Museu Picasso, Emmanuel Guigon, en el cargo desde el 1 de octubre, para el 2017. Un año de "'impasse'", según el responsable, para llegar al 2018, momento en que se materializarán sus ideas y los cambios que tiene en mente. De la futura línea expositiva poco dice más allá de que lo suyo sería conseguir "un equilibrio entre las exposiciones 'blockbuster' y las de investigación", o sea, entre  aquellas que atraen público y aquellas que crean conocimiento. De los cambios, da algún detalle más: nueva presentación de la colección permanente, nuevo catálogo de los fondos, nuevo acceso al museo, nuevos espacios, nuevas publicaciones y nuevos premios.

Pero mientras llega el 2018 y con él las novedades, el museo inaugurará la temporada, en marzo, con la gran exposición del año en el centro: 'Picasso. Retratos', una muestra programada por el anterior director,  Bernardo Laniado-Romero, con la National Portrait Gallery de Londres y que Guigon asume totalmente: "Se trata de una gran exposición con más de 80 obras de gran calidad que provienen de 50 prestadores y que recorren todas las épocas" del artista. Y que permite "seguir la historia de Picasso a través de sus retratos”, afirma.  Pues, aunque el malagueño no fue un retratista al uso como lo fueron Goya o Velázquez, sí practicó el género durante toda su vida.

Lo practicó de una manera un tanto peculiar: sus retratos nunca fueron por encargo sino por placer y por experimentación, y siempre de sus más allegados: familia y amigos. Empezó haciendo caricaturas, con 9 años, continuó representándose a sí mismo cuando aún se estaba formando, y experimentó con todas las formas posibles de crear pintando a aquellos que conocía. Así por los retratos de Picasso pasaron todas sus mujeres, de Fernade Olivier a Jacqueline Roque, y todos aquellos con los que se cruzó: de Daniel-Henry Kahnweiler a Sebastia Junyer. Y por  los retratos de Picasso circularon todos los 'ismos' que practicó en su amplia y dilatada carrera. Al final, un autorretrato con calavera. Y la muerte.

TRAS LOS BALLETS RUSOS Y OLGA KHOKHLOVA

Las caras picassianas darán paso a la programación pensada ya por Guigon. Serán cuatro muestras más pequeñas pero con aportaciones significativas: 'Otros artistas de la donación Picasso', una exposición con las obras de amigos del malagueño que llegaron al museo en 1970. Y otras tres que coincidirán en el tiempo. De octubre a enero el museo programará simultáneamente: 'El taller compartido. Picasso, Fín, Vilató y Xavier', con la importancia del grabado para el malagueño y sus sobrinos artistas como hilo argumental; 'Picasso Barcelona 1917' y 'Arthur Cravan Dadá Barcelona'.

Estas dos últimas, dos historias con el nexo de una época y una ciudad. Y que se mostrarán una frente a la otra separadas por un carrusel de imágenes de la Barcelona de 1917. Fue el año en que Picasso se instaló en la ciudad por última vez. Llegó acompañando a los Ballets Rusos de Serge de Diaghilev y a la bailarina Olga Khokhlova, y aquí estuvo produciendo piezas en las que alternaba el cubismo con el clasicismo. La estancia coincidió con un momento de efervescencia cultural impulsado por la presencia de numerosos artistas de vanguardia exiliados de París a causa de la primera guerra mundial, entre ellos, Francis Picabia, Albert Gleizes, Sonia y Robert Delaunay y Arthur Cravan.

COMBATE DE BOXEO EN LA MONUMENTAL

Este último, un curioso y divertido personaje al que Mina Loy llamaba 'místico colosal’ y 'sobrino de Oscar Wilde' se autodenominaba él. Cravan, que era pseudónimo, uno de los muchos que usó, consideraba el escándalo como un elemento artístico, y lo mismo boxeaba que editaba una revista, 'Maintenant'. Su vida y su muerte son un misterio, al igual que lo fue su medio de subsistencia. Aunque mientras estuvo en Barcelona se dedicó al boxeo, su combate en la Monumental, en 1916, con el campeón de pesos pesados Jack Johnson fue memorable: cayó al sexto asalto sin haber asestado ni un solo golpe a su adversario. Guigon ha buceado en el personaje y ha encontrado numerosos documentos y datos inéditos que expondrá en la primera exposición que comisariará en el museo como director. 

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Nueva presentaci\u00f3n de la colecci\u00f3n permanente","text":"\u00a0El 2018 llegar\u00e1 con m\u00e1s novedades, como la instauraci\u00f3n del Premi Jaume Sabart\u00e9s, y la publicaci\u00f3n de una revista anual e internacional, adem\u00e1s de una colecci\u00f3n de libros infantiles. Habr\u00e1 tambi\u00e9n un nuevo cat\u00e1logo razonado de la colecci\u00f3n y se reforzar\u00e1n los v\u00ednculos con el Museo Picasso de Par\u00eds. \u00a0"}}