CONFLICTO PATRIMONIAL

Normalidad (y una sorpresa) en el Museu de Lleida

La visIta rutinaria de una patrulla de los Mossos fue la anécdota de una segunda jornada sin novedades en el museo con respecto al conflicto de Sijena

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Natàlia Farré / Lleida

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Normalidad y sorpresa (pequeña, esos sí) este martes en el Museu de Lleida. La normalidad ha venido dada porque la jornada ha transcurrido sin incidentes, como ayer lunes, día en que se cumplió el plazo de la ejecución provisional de sentencia que obligaba a entregar a Aragón las 44 obras que el centro custodia de Sijena, pero que no salieron de su emplazamiento habitual. Y la sorpresa la ha puesto la presencia de los Mossos, una pareja de agentes ha entrado en el museo. Pero que no cunda el pánico. No han ido a incautarse de las obras, sino que el paseo cultural forma parte de su patrullaje habitual.

Los Mossos han accedido al museo, como entran a la Seu Vella, a la Universitat, al Obispado o a cualquier lugar de interés público. Es algo normal. Lo que ya no es tan habitual es que la prensa (que hoy seguía apostada en la puerta, aunque menos) se abalance sobre ellos. Suelen pasar desapercibidos. Cierto es que la entrada ha sido parte de la rutina de su patrullaje, tan cierto como que están en alerta por si hay incidentes. O lo que es lo mismo, por si la plataforma Sijena Sí vuelve a perturbar la paz del centro con sus gritos, sus cánticos, sus pancartas y sus insultos como hicieron el pasado día 15 de julio. "Una experiencia muy desagradable", según fuentes del museo.

El paseo de los agentes, forma parte de la rutina pero ha sorprendido a los presentes

No ha pasado. Los únicos que visitaron el centro, Mossos al margen, han sido los turistas y los locales. Lo han hecho más de lo habitual. Agosto suele ser un mes muy flojo en público. Pero hoy no era un día cualquiera de agosto, era el día después de la finalización del plazo de entrega y el día con el que se especulaba podía entrar la brigada de Patrimonio a incautar las piezas. Una especulación sin mucho fundamento, pues, pese a la insistencia de la parte aragonesa a enviar a la policía, el juzgado que lleva el caso cerró ayer por vacaciones sin dictar ninguna providencia al respecto. Pero la juez, Maria del Carmen Aznar, está de guardia. Motivo suficiente para mantenerse en alerta. Aunque no solo el frente jurídico ha concentrado público, además este martes era jornada de puertas abiertas. Así que la afluencia ha sido más grande de lo habitual.

El centro ha recibido visitas de locales y foráneos que querían ver las obras del monasterio

Los más madrugadores, un grupo de niños de Lleida a los que el casal de verano ha llevado al museo con visita en inglés. Hay que practicar idiomas. Lo que más ha llamado la atención de los chavales han sido los interactivos y un ajedrez de cristal del siglo X proveniente de la Colegiata de Sant Pere d’Àger. El frontal del altar de Berbegal, uno de los pocos ejemplares que existen del 'arte del 1200', no ha atraído su mirada, como una intuye que tampoco lo han hecho las piezas de Sijena. No ha sido el caso del resto de visitantes que, poco o mucho, han parado frente a las tres cajas sepulcrales y los cuatro fragmentos de alabastro del frontal de Santa Anna provenientes del monasterio. Algunos porque ese era el objetivo:"Me atrae ver las obras después de tanta polémica" afirmaba Rosa, que pese a ser de la ciudad es la primera vez que entraba en el museo. Al igual que Ramona: "Vengo a verlas por si se las llevan". Ambas, por supuesto, partidarias de dejarlas donde están. Otros pasaban por ahí, como Antonio y Rosario, una pareja madrileña de turismo por Lleida: "Sin una sentencia definitiva lo mejor para las piezas es no moverlas, no es bueno para ellas". Javier, llegado de Zaragoza, ha preferido no opinar: “Que lo hagan los expertos y si no, la justicia”.

La juez, de guardia

De momento tanto unos como los otros, expertos y justicia, están en ello. Lo que es imprevisible es saber qué pasará próximamente. En breve, pese a que la juez del caso está de guardia, posiblemente nada. En septiembre está por ver si la Audiencia Provincial emite, por fin tras dos años de retraso, un fallo. Y en qué dirección va este. Si es favorable a Catalunya se acaba el vodevil del traslado. Si el dictamen es contrario o no lo hay todavía, habrá que esperar a las decisiones de la juez que puede o no enviar a la brigada de Patrimonio en busca de las obras. Otra cosa es que en Lleida se las dé. Si el museo no tiene orden de entregarlas y no lo hace (les ampara la legislación catalana), la policía tiene dos opciones: levantar acta de ello o llevárselas por la fuerza.

La marcha de las piezas, que es provisional, es algo prioritario para Aragón e impensable para Catalunya. El problema está en el Estatuto aragonés, modificado en el 2007 tras el inicio del conflicto, y cuyo artículo 22 blinda su vuelta. Si marchan difícilmente harán el camino de regreso. Lo suyo le costó al Ministerio de Cultura el préstamo de los arcos de La Aljafería del Museo Arqueológico para la Exposición Internacional de Zaragoza.