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Muere José Luis Borau, el cineasta de la libertad

El realizador de 'Furtivos' falleció ayer en Madrid por los problemas derivados de un cáncer de garganta

El director de cine José Luis Borau, en una imagen del año 2002.

El director de cine José Luis Borau, en una imagen del año 2002.

QUIM CASAS

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Puede que José Luis Borau pase a la historia del cine español por ser el director de la excelente, y también polémica,Furtivos, película realizada al final de la dictadura franquista. Pero en Borau, cineasta, productor, guionista, actor, ensayista, escritor, historiador, profesor, editor, académico de la Real Academia Española y el sexto presidente de la Academía de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, entre 1994 y 1999, se puede condensar buena parte de la historia del cine español de las últimas cuatro décadas.

Nacido en Zaragoza en 1929, Borau había sufrido en los últimos años una serie de reveses físicos que debilitaron su salud y, afectado de un cáncer de garganta, falleció ayer a mediodía en Madrid. Su obra como director es corta, tan solo nueve largometrajes desdeBrandy, disparatado wéstern realizado en 1964, hastaLeo, estrenada en el 2000, además de la serie de televisiónCélia(1992).

Pero su andadura por el cine es tremendamente generosa. Produjo con su compañía El Imán la primera película de Iván Zulueta,Un, dos, tres, al escondite inglés(1969), y uno de los filmes más transgresores del cine español en plena dictadura,Mi querida señorita(1971), de Jaime de Armiñán. Cómplice habitual de Manuel Gutiérrez Aragón, produjo y co-escribioCamada negra(1977), y estuvo detrás de la producción de propuestas tan sugerentes comoIn memoriam, realizada por Enrique Brasó en 1977.

Fue profesor de la Escuela de Cinematografía y el Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM), impartió cursos diversos-sobre todo de guion- y probó la aventura editorial de libros de cine fundando en 1995 Ediciones del Imán y publicado textos comoLos extranjeros de Mabey Road, de Salka Viertel, yPreparad la bolsa, de Michéal Mac Liammóir, sobre el rodaje delOtelo de Orson Welles. Como ensayista e historiador destacan especialmente dos de sus trabajos,El caballero d'Arrast (1990), libro sobre Henri d'Abbadie d'Arrast, un genio oculto de la comedia hollywoodiense en el tránsito del mudo al sonoro; y elDiccionario del Cine Español (1998), una obra colectiva que dirigió y coordinó.

INTEGRIDAD MORAL / Sin ligarse a ningún partido político en concreto, Borau fue siempre defensor de todas las libertades. Del mismo modo que en 1975 se negó a realizar los 40 cortes a los que le obligaba la censura franquista para poder estrenarFurtivos, saliendo vencedor en el envite (y además logró la Concha de Oro en el festival de San Sebastián y una distribución comercial más o menos normalizada), en 1998, durante la gala de los premios Goya de aquel año, el 31 de diciembre, subió al escenario en calidad de presidente de la Academia con las manos pintadas de blanco en señal de repulsa por el asesinato del concejal del PP Alberto Jiménez Becerril y su esposa, cometido por un miembro de ETA un día antes.

Su integridad moral como profesor, académico o responsable de la Academia del cine español, se trasladó también a su estricta andadura cinematográfica. Si produjo obras independientes, incluso radicales en su momento como el primer largometraje de Zulueta, también intentó con sus propias películas como director horadar terrenos novedosos sin apartarse nunca de la realidad política y social del país.

Furtivoses el caso más evidente por su carácter de parábola sobre el ocaso del franquismo y su crudeza dentro del género del drama rural, aunque el filme tuvo que lidiar con otras polémicas: la secuencia en la que el personaje incorporado por Lola Gaos mata a golpes de pala a un perro fue muy criticada por las asociaciones dedicadas a la defensa de los animales.

Su filmografía anterior aFurtivos se plantea como una particular revisión de géneros clásicos: el wéstern conBrandy, el cine negro conCrimen de doble filo(1965) y elthrillerpolítico de aires internacionales conHay que matar a B.(1973).

Volvió a repetir la experiencia internacional enRío abajo(1984), protagonizada por David Carradine en el papel de un agente de la patrulla fronteriza entre EEUU y México. EnLa sabina(1979) yTata mía(1986) ofreció su visión del melodrama barajando elementos del pasado y del presente español.

Sus dos últimas cintas como realizador, ambas protagonizadas por Iciar Bollaín, fueronNiño nadie(1996), un relato sobre el libre albedrio, yLeo (2000), filme en torno a una muchacha indigente con oscuro y turbulento pasado, ganador del Goya al mejor director.