Fallece a los 84 años el maestro de la batuta Lorin Maazel

Tras un 2013 en el que ofreció 111 conciertos en todo el mundo, el pasado febrero aún tuvieron el privilegio de rendirse a la maestría de su batuta los privilegiados melómanos que acudieron al Palau de la Música de Barcelona a verle dirigir la Filarmónica de Múnich, que abandonó en junio por motivos de salud, ante un repertorio con Sibelius y Schumann. Estadounidense de origen francés, Lorin Maazel, quien estuvo al frente de más de 150 orquestas en al menos 5.000 actuaciones, también violinista y compositor, ha fallecido este domingo a los 84 años en Virginia, a causa de las complicaciones de una neumonía.

Nacido en Francia en 1930 (su padre estaba allí estudiando canto y arte escénico), fue un niño prodigio que, ya trasladada la familia a Estados Unidos, Maazel empezó a recibir clases de música con siete años. Con nueve, en 1939, ya dirigió la Orquesta de Interlochen en la Feria Mundial de Nueva York, así como la Filarmónica de Los Ángeles, donde compartió un programa con el famoso director de orquesta polaco Leopold Stokowski. A los 11, el músico italiano Toscanini le invitó a dirigir su orquesta neoyorquina, y a los 13, ya había hecho lo propio en la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta de Filadelfia, dos de las mejores del país del momento.

Maazel estudió Filosofía, Matemáticas e idiomas y, en la Italia de 1951, música barroca. Hizo su primer concierto en Europa, donde rápidamente alcanzó éxito. Su trabajo en la alemana Bayreuth, la catedral de la música wagneriana, le llevó en 1960 a ser considerado el director de orquesta más joven del continente y a ser el primer no alemán en dirigir, en el festival de Bayreuth, la ópera 'El anillo del Nibelungo', de Wagner.

También la Filarmónica de Londres, la Ópera Alemana de Berlín, la Orquesta Nacional de Francia y la del Palau de les Arts de Valencia (entre el 2005 y el 2011), entre otras, han pasado por la batuta del maestro Maazel, uno de los maestros más galardonados y valorados internacionalmente por la crítica por su técnica y la intensidad de sus interpretaciones. En los 80 llegó a la dirección general de la Ópera de Viena y en el 2002 se ocupó de la Filarmónica de Nueva York, dando en el 2008 un histórico concierto en Corea del Norte.

En los últimos años el maestro dedicó gran parte de su tiempo al Festival de Castleton, donde se construyó un teatro en la granja en la que vivía.