CÓMIC

Ibáñez recluta a Aznar, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Rajoy y Albert Rivera para su Mortadelo electoral

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Rita Barberá, exalcaldesa de Valencia, presentándose a las elecciones por el Partit de La Caloreta; el líder de Podemos, Pablo Iglesias, «cual Gengis Kan galopante con la melena al viento» y prometiendo «un quirófano por habitante y salarios de Ronaldo p’arriba»; Aznar, candidato por el PEDO (Podemos Erigir Derecha Omnipotente) y autoproclamándose «salvador de la patria y redentor» de una «España Grande, Libre, Católica y Apostólica»; Mariano Rajoy explicando a Artur Mas con un buen mamporro su forma de aceptar «el separatismo» o el rey Juan Carlos lanzando un ladrillazo al republicano Oriol Junqueras. Es solo una muestra del disparatado, o no tanto, elenco de clones de políticos que el maestro Francisco Ibáñez ha colocado de «comparsas» de Mortadelo y Filemón en '¡Elecciones!' (Ediciones B), la nueva aventura de la entrañable y alocada pareja de detectives de la T.I.A., que llega a las librerías calentando motores para los comicios de diciembre, con una tirada récord para estos personajes de tebeo, de 100.000 ejemplares (95.000 en castellano y 5.000 en catalán).

ÉXITO DE ‘EL TESORERO’

La editorial, que tras el éxito del álbum anterior –'El tesorero', protagonizado por un álter ego de Luis Bárcenas que maneja las cuentas del Partido Papilar, liderado por Mamerto Rojoy–, del que desde abril ha vendido 130.000 ejemplares, ya se plantea una segunda edición del nuevo cómic en el que Mortadelo y Filemón se presentan a las elecciones generales por el Partido Mortadelista Filemonero Español.  «Salen todos los políticos, sí –admite en la presentación un Ibáñez en plena forma, que en marzo cumplirá 80 años–. Era lógico tratar un tema como las elecciones porque se está hablando todo el día de ellas en la tele, la radios, los 'charlistas', los periódicos... en todos los medios, y si Mortadelo y Filemón no lo tocaran la gente pensaría ¿dónde está el autor? ¿de vacaciones en Nairobi?».

Pedro Sánchez, Rivera y el Papa

En sus viñetas no faltan tampoco émulos de Pedro Sánchez (candidato del PSAO, que quiere ganarse el voto del campo conduciendo un carro con un burro), Albert Rivera (del C, aprendiendo que cuanto más alto se sube más dura puede ser la caída), el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz (afirmando, mientras golpea una cocorota, que nunca ha empleado «la fuerza pública») y hasta hace un cameo el Papa Francisco.

«Pero yo no hago crítica social o política –insiste Ibáñez–. Porque Mortadelo y Filemón no son críticos políticos. Para crítica ya están los chisteros de cada periódico. Igual que en 'El tesorero', se usa el tema como excusa para las mil y una chorradas y carreras de ellos dos, para que el lector no crea que están apolillados. Son temas candentes de los que la gente está harta y espero que cuando lleguen a casa tras un día loco, como me dice algún lector, se cojan un álbum y se vayan a la cama con una sonrisa».

El creador de Rompetechos, el botones Sacarino y 13 Rue del Percebe no se casa con ningún político. «Prefiero a los personajes de siempre, como Ofelia, el profesor Bacterio [candidato del CULO, Científicos Unidos Liberando el Orbe], El Súper [que crea el partido pepero, el PPRO, Pueblo al Poder Rompiendo Osamentas], son los que gustan a la gente. Los políticos me joroban a veces un poco porque te matas dibujándolos para que hagan reír y los que hacen reír son ellos. Si me decantara por los de la derecha se enfadarían los de la izquierda y al revés. Todos reciben los mismos garrotazos que Mortadelo y Filemón». Y, aunque sí aparecen puntualmente Junqueras y Mas, Ibáñez tampoco entra a valorar la independencia de Catalunya. «Se podría hacer un álbum sobre ello y valdría la pena, pero creo que si haces cosas más de aquí luego fuera y en Europa puede que no se entiendan bien».

‘SUELDECITOS MÁS BIEN BAJITOS’

Sin embargo, Ibáñez parece haberse desquitado de los viejos tiempos durante la posguerra en Bruguera bajo la censura franquista. «Hubo una época en la que no podía meter ningún político porque habría acabado en el Valle [de los Caídos] y con el pico en la mano», señala con su eterna sonrisa. Incansable, el historietista se recuerda dibujando «desde que tenía fuerza para coger un lápiz», aunque admite que antes la mano le iba «como una palomita y ahora como un tren de mercancías viejo de los tiempos de Franco». Sin embargo, ya tiene un nuevo título en la recámara, Sueldecitos más bien bajitos, que había aparcado para centrarse en '¡Elecciones!'. «Me temo que aunque tarde unos meses en publicarse seguirá estando de actualidad», lamenta.

LA CONTINUIDAD, COMO ASTÉRIX Y CORTO MALTÉS

«Si un día tras 24 horas sigo ante el papel en blanco y no se me ocurre nada cogeré el pupitre, el lápiz y todo y le pegaré fuego. Y se acabó», asegura, y añade que no tendría ningún inconveniente en que un día otros autores den continuidad a Mortadelo, como ha ocurrido con Astérix Corto Maltés. «No soy de los que piensan que cuando yo me muera, la viuda a la hoguera, no. Mortadelo puede continuar perfectamente porque en este país hay dibujantes muy buenos que podrían hacerlo, lo que puede tener más dificultad es el guion. Yo sería feliz de que continuara. ¡ya lo creo!». Su secreto: «trabajar, trabajar y trabajar».