Morgan Freeman: «Por algún motivo, la gente te acaba encasillando»

El actor presenta 'Atico sin ascensor', que coprotagoniza junto a Diane Keaton

«Por algún motivo, la gente te acaba encasillando»_MEDIA_1

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Especialista en figuras de autoridad, Morgan Freeman se relaja un poco y ofrece una cara amable en la recién estrenada Ático sin ascensor.Ático sin ascensor En ella, el actor encarna a un pintor de cierto éxito en el pasado, pero menos relevante ahora, en busca de piso junto a la que ha sido su esposa durante cuatro décadas (Diane Keaton).

-Ático sin ascensor parece una película bastante pequeña, y solemos verle en películas de mayor presupuesto. ¿Cómo acabó haciéndola?-Simplemente, como con todas, se cruzó en mi camino. Me gustaba lo que contaba y, sobre todo, la posibilidad de que mi compañera fuese Diane Keaton.

-Entre tanto blockbusterhacer algo así debe de ser un respiro.

-Sí, este papel ha sido un cambio interesante. Por algún motivo, la gente te encasilla, te acaba viendo de una manera y siempre te ofrece el mismo tipo de personaje.

-¿Disfruta de los rodajes de gran presupuesto?

-Sí, claro. En realidad disfruto igual. Al final todas las películas se hacen de la misma manera, en el sentido más básico. Yo me siento cómodo simplemente trabajando.

-Sí, y eso que ya no es tan extraño en Estados Unidos. Las parejas interraciales suceden. Pero en esta película la raza acaba siendo casi lo de menos. Cuenta una historia de amor, a secas.

-Pese a los avances sociales, todavía es raro ver en cine o tele a una pareja interracial madura.

-No ha tenido apenas oportunidad de hacer papeles románticos hasta cumplir los 70. ¿Cuál fue el primero? ¿En El verano de sus vidas, con Virginia Madsen, hace tres años?

-Hum… No estoy seguro. ¿Fue ese el primero? Antes estuvo El juego del amor, en la que hacía de un tipo que llevaba casado mucho tiempo. También se veía mi matrimonio en Ahora o nunca.

-Ático sin ascensor parece una dramedia, pero en su tercio final se convierte en thriller inmobiliario. 

-Me he mudado un montón de veces, pero por suerte, nunca he tenido las vivencias de la pareja del filme. No me gustaría tener que abrir mi casa al público.

-Hablemos de sus clásicos: Sin perdón, por ejemplo. Eastwood es su director favorito.

-Así es. Soy fan desde Escalofrío en la noche y es el director con el que más he disfrutado trabajando.

-Sobre Sin perdón, hay quien lamentó que el personaje negro tuviera que morir el primero.-(Risas) Sé de gente que quedó un poco decepcionada por eso, pero a mí no me importó. Es evidente que el resultado del filme fue excelente.

-Señor, Freeman, ¿tiene película propia favorita? 

-No, no tengo una favorita en particular. Y todas las películas acaban teniendo la reputación que merecen.

-Seven tiene gran reputación. 

-Recuerdo bien ese rodaje. Fue estupendo conocer a Fincher y al resto del equipo. Pese a la oscuridad de la historia, recuerdo ese rodaje como especialmente feliz.

-Cadena perpetua se considera un clásico, pero en su momento no tuvo esa recepción. 

-No se supo vender bien. Lo peor era que nadie sabía cómo pronunciar el Shawshank del título [el título original es The Shawshank redemption]. La novela corta de Stephen King en la que se basa la película se llama Rita Hayworth y la redención de Shawshank. Yo la habría titulado Rita Hayworth (risas).

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