LA GRAN FIESTA DEL CINE ESTADOUNIDENSE

Un final esperpéntico eclipsa el triunfo de 'Moonlight'

El productor de 'La La Land', Jordan Horowitz muestra la tarjeta que dice que 'Moonlight' es la ganadora, ante la mirada de Warren Beatty y Jimmy Kimmel.

El productor de 'La La Land', Jordan Horowitz muestra la tarjeta que dice que 'Moonlight' es la ganadora, ante la mirada de Warren Beatty y Jimmy Kimmel. / periodico

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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En circunstancias normales, esta sería la crónica del histórico triunfo de 'Moonlight' en los Oscars 2017 , el análisis de cómo en momentos política y socialmente convulsos, la industria de Hollywood ha aparcado los probados instintos ombliguistas cuya satisfacción ponía en bandeja de plata 'La La Land' y se ha decidido a reconocer como mejor película una producción independiente (rodada en 25 días, con una sola cámara y millón y medio de dólares de presupuesto), un trabajo valiente y relevante en mucho más que en lo artístico.

Sería la narración de cómo, por primera vez en sus 89 ediciones, los Oscar han dado su premio más importante a una película que aborda la homosexualidad y, tras un par de años en la picota por su insensibilidad hacia la diversidad racial, han elevado a su Olimpo una historia tan particularmente negra como humanamente universal (que se ha llevado también el galardón al mejor guion adaptado).

Y se pondría el foco en otro elemento histórico y sociopolíticamente oportuno: Mahershala Ali, premiado como actor de reparto, es el primer intérprete musulmán con un Oscar, un hito que llega en el año en que la presidencia de Donald Trump ha elevado la islamofobia a doctrina gubernamental con una orden ejecutiva que ha tratado de vetar la entrada a EEUU de inmigrantes de siete países de mayoría musulmana.

UN ERROR SIN PRECEDENTES

Las circunstancias de los Oscar de este domingo fueron, no obstante, cualquier cosa menos normales. Y estos premios serán recordados por un error monumental y sin precedentes que llevó a declarar mejor película a 'La La Land', el musical que llegaba como favorito con sus 14 candidaturas y que a esas alturas de la gala ya llevaba seis estatuillas, incluida la de Damien Chazelle, a sus 32 años el director más joven con un Oscar.

Los rostros públicos de la infamia serán los de Faye Dunaway y Warren Beatty, dos veteranos de 76 y 79 años, respectivamente, que leyeron públicamente el título y propiciaron un momento de celebración sobre el escenario de los productores de 'La La Land', con discursos de agradecimiento incluidos, antes de que se enmendara el error ante los ojos de un público y unos protagonistas atónitos. La responsabilidad, no obstante, recae en los empleados de Price Waterhouse Coopers, la compañía que gestiona los votos y que dio a Beatty el sobre equivocado (la copia de seguridad del de mejor actriz, que acababa de ganar Emma Stone por su papel en el musical).

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No es consuelo el comunicado de disculpa que ha emitido la empresa. Tampoco lo es el hecho de que Jordan Horowitz, uno de los productores de 'La La Land', reaccionara con una elegancia casi heroica, anunciara el error y esperara sobre el escenario para dar la estatuilla a su justo dueño, Barry Jenkins, con quien se fundió en un abrazo. El esperpento ensombreció el triunfo de 'Moonlight', los logros de 'La La Land' y casi todo lo demás.

CASSEY AFFLECK Y VIOLA DAVIS

Y en ese todo lo demás se incluyen muchos de los elementos que son más comunes en estos premios. La emoción desbordada llegó con el discurso de Viola Davis, un enorme talento reconocido con el premio de actriz de reparto por 'Fences'. Y un drama magistral como 'Manchester frente al mar' llevó hasta un indiscutible oro a Casey Affleck y al director Kenneth Lonergan, reconocido por el guion original. No faltaron la dosis habitual de reparto salomónico (hasta 'Escuadrón suicida' tiene una estatuilla, por su maquillaje y peluquería) ni una de esas historias de redención que Hollywood adora (dos premios para 'Hasta el último hombre', de Mel Gibson, incluyendo uno para un montador de sonido que había sido nominado 20 veces antes y nunca había ganado).

Como se anticipaba en la era Trump, la ceremonia estuvo políticamente cargada, pero en muchos casos con más sutileza de la predecible. Y además de las bromas del presentador Jimmy Kimmel sobre el presidente y de referencias al momento político en discursos y presentaciones, quizá donde más se palpó la conciencia de Hollywood fue en las votaciones. Porque no hay nada que discutir sobre premios a trabajos como 'Zootrópolis' en categoría de animación, al épico documental 'O. J.: Made in America', a la iraní 'El viajante' como película de habla extranjera o incluso al corto húngaro 'Sing' (que dejó a Juanjo Giménez y 'Timecode' sin estatuilla), pero en todas esas victorias, como en la de 'Moonlight', late un mensaje de rebeldía y de tolerancia que va más allá del mero cine.