EN LA GALERÍA VÍCTOR LOPE

Pasión por Miss Van

La reconocida artista urbana inaugura con colas la exposición 'Flor de piel'

La artista Miss Van, el jueves durante la inauguración de la exposición 'Flor de piel' en la Galería Víctor Lope.

La artista Miss Van, el jueves durante la inauguración de la exposición 'Flor de piel' en la Galería Víctor Lope. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Sus sensuales","text":"\u00a0mujeres hac\u00eda 12 a\u00f1os que no se ve\u00edan en una galer\u00eda de Barcelona"}}Miss Van, una de las artistas urbanas más populares, si no la que más, levanta pasiones: ahí están sus 86.500  seguidores de Instagram y el medio millar de asistentes a la inauguración de 'Flor de piel', su primera exposición individual en Barcelona tras 12 años de ausencia. De ausencia en las salas, se entiende, porque ella, francesa de Toulouse, lleva instalada aquí desde que la ciudad era el paraíso de los grafiteros. "Aquí me siento en casa. Más que en Francia, y más que en cualquier otros lugar", afirma. Una cifra, la de asistentes, que se antoja entre colosal y milagrosa en una ciudad poco dada a entrar en las salas de arte. Y donde las inauguraciones se saldan en un pispás. No fue así el jueves, día de autos, con larga cola en la puerta de la Galería Víctor Lope. Tanta, que la sala, ante la avalancha que se preveía, contrato a un guardia de seguridad para asegurar el aforo. Y el orden. No hubo incidentes. Pues ya se sabe que los amantes del arte, aunque este sea urbano, son gente sensible y todos mantuvieron estoicamente el turno de entrada.  

Dentro, la muestra actual: 31 piezas creadas por Miss Van, nombre artístico de Vanessa Alice Bensimon, en los últimos tres años, la mitad de ellas inéditas. Obras muy diferentes a las últimas vistas en la ciudad, en el 2005. Entonces sus criaturas no eran tan sensuales y sofisticadas como lo son ahora. Y eran más jóvenes. Lolitas que se movían entre la estética de las 'pin up' de los 50 y la animación japonesa. Con el tiempo las cosas han cambiado: Miss Van ha crecido y con ella sus 'alter ego'. "Hay una parte de mí en mi obra, claro. Mi obra es muy íntima y es mi realidad. Evolucionamos juntas". De manera que sus mujeres ahora son más delicadas, más misteriosas, más evanescentes y más ricas en detalles. Una no sabe si son buenas o son malas. En realidad "lo son todo a la vez. Son ambiguas. Tienen también mi lado oscuro. No me interesa hacer solo mujeres bonitas sino algo más profundo. Pinto con el corazón y lo que más quiero es transmitir emoción". 

PRETENDIDAMENTE PROVOCATIVAS

Una emoción que jamás se muestra a cara descubierta. Ellas van siempre con máscaras que "no son de fiesta o de carnaval, es algo más tribal", y muchas veces tienen formas animales: "Es una manera de manifestar sensaciones y emociones que no puedo expresar con la cara humana. Es también la dualidad entre la sofisticación de la mujer y su lado más salvaje. Y es mostrar y es esconder. Se tapan la cara pero muestran otras partes del cuerpo". Como los senos. No en vano son mujeres "pretendidamente provocativas y sensuales". También hay algo de fetichismo. Pero de lo que no hay ni rastro es del elemento masculino. "A veces los hombres aparecen al lado, representados con formas antropomorfas". No es el caso de 'Flor de piel'. Aquí no hay ni uno.

PINTURA AL ÓLEO

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Sí hay novedades. Miss Van no solo ha crecido estéticamente, sino también técnicamente. Es la primera vez que trabaja pintura al óleo y es la primera vez que la presenta. "Es como empezar de nuevo pero me apetecía ir más al fondo de la pintura, hacer cosas con más capas y con más tiempo". Ello no significa que reniegue de la calle, su origen artístico. "Siempre me ha gustado la provocación y el exhibicionismo. Y me hace mucha gracia poner mujeres desnudas en lugares donde no toca". Aunque ahora todo está más reglamentado y ya no actúa a escondidas, sino solo cuando la llaman para hacer intervenciones (espectacular el mural que hay en la calle de Lepanto). El resto del tiempo lo pasa en el estudio. O viajando. Acaba de llegar de Moscú, donde intervino en la Bienal de Arte Urbano y antes estuvo en Málaga, donde el CAC le dedico su primera exposición en un museo. Y ya prepara maletas: la esperan en Madrid y en Nueva York. Mientras su obra se cotiza cada vez más, pero también se democratiza: ahí están, en la Galería Víctor Lope, las serigrafías sobre madera numeradas y firmadas o la obra gráfica seriada al alcance de todos los bolsillos.