EN GRÀCIA

El caso Dutroux, un juego de niños

Milo Rau presenta en el Lliure 'Five easy pieces' obra sobre el criminal belga interpretada por actores de 8 a 13 años

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MARTA CERVERA / BARCELONA

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Al Milo Rau, comprometido periodista, cineasta y dramaturgo suizo, siempre le ha interesado trasladar temas polémicos de nuestra realidad a escena. Sus obras nunca dejan indiferente. Tras presentar 'Compasión' en Temporada Alta ahora recala en el Lliure de Gràcia hasta el sábado con 'Five easy pieces'. El montaje se verá en neerlandés con traducción al catalán. 

La premiada obra, estrenada el año pasado e interpretada por niños de entre 8 y 13 años gira entorno al degenerado Marc Dutroux, pederasta y asesino cuyos crímenes consternaron Bélgica y Europa a mediados de los años 90. Dutroux y su mujer vivían en una casa que escondía una mazmorra donde encerró y torturó a sus víctimas, niñas y adolescentes secuestradas.

Utilizar niños que hacen el rol de adultos ayuda a dar distanciarse del drama que el director relaciona con el descalabro de las colonias belgas en el Congo, donde Dutroux vivió con sus padres, ambos maestros, cuando era niño.

"Campo, una productora de Gent me pidió hacer algo con niños como actores. Era algo nuevo para mí y acepté", dice desde Zurich vía telefónica. Rau ya había trabajado antes con compañías belgas. La última vez que realizó castings allí oyó hablar mucho de Dutroux. "Percibí que había causado un trauma nacional. Era un caso interesante en lo criminal pero también icónico del terror y los temores de Bélgica y de Europa, de las relaciones de poder entre las personas y los países. Metafóricamente utilizo esa idea y la traslado al mundo de la creación teatral donde también hay un juego de poder".

Ensayaron durante seis meses, mucho más de lo habitual, y con un equipo de psicólogos "y con presencia de los padres de los niños a los que también había que explicarles el proceso". Los protagonistas se meten en la piel de un oficial de policía, en la del padre de Dutroux, en el de una de las víctimas y también en el de una pareja cuya hija fue asesinada por el criminal condenado a cadena perpetua. "Con los niños tienes muchos problemas a la hora de trabajar que van más de qué temas abordas. ¡Al fin y al cabo son niños! Por eso a veces las relaciones entre ellos, cuando no hay sintonía, son el principal escollo".

HUMOR Y POESÍA

Ver en escena a niños que interpretan a adultos crea un juego interesante. "Ayuda a tomar distancia con lo ocurrido. Es divertido ver a niños en el rol de gente mayor. Su interpretación también proporciona momentos poéticos. Aunque es una pieza muy directa, también hay muchos metaniveles en este montaje".

A diferencia de su trabajo con actores profesionales en 'Five easy pieces' ha tenido que enseñar todas sus cartas desde el principio y ser muy claro en todas sus indicaciones. "Los niños necesitan que todo esté en el guión. Diferencian perfectamente ficción de realidad. Lo curioso fue descubrir que para ellos la figura de Dutroux es como la de un ogro de cuento", explica. "Todos le conocen como nosotros, los adultos, conocemos a Hitler o a Ricardo III. Lo ven como un personaje que vivió hace mucho tiempo. El día que se percataron que el padre de Dutroux vivía justo enfrente del teatro donde ensayábamos fue muy extraño para ellos. Solo entonces captaron que sí era una historia de su tiempo".

SUMISÍÓN Y REBELIÓN

'Five easy pieces' se llama así no porque las cinco partes que componen la obra sean sencillas pues exploran temas como la imitación, la sumisión y la rebelión. "A medida que avanaza la pieza se vuelve más y más existencial que habla de Bélgica, de Dutroux y de qué significa el proceso teatral". Rau utiliza la cámara introducir al espectador en cada pieza. Cada parte arranca con un vídeo de dos minutos "donde aparecen actores adultos con cierto parecido con el de los niños protagonistas". 

El director admite lo mucho que han cambiado su equipo desde que los conoció hace más de un año en los primeros ensayos. "Ahora son diferentes. Han crecido y se han vuelto más maduros e inteligentes. Les veo más como pequeños jóvencitos que niños. Crecen muy deprisa y  de mes a mes durante el tour se han convertido en profesionales. Ahora a veces he de insistir en que no lo sean tanto para transmitir la frescura de las primeras funciones".