'Millennium', el regreso

Osadía y valor -y cierto arrebato suicida si las críticas no acompañan-, hay que reconocerle al sueco David Lagercrantz (Solna, 1962) por atreverse a tomar el relevo de su malogrado compatriota Stieg Larsson, creador del universo Millennium, fallecido meses antes de ver cómo su trilogía negra se convertía desde su publicación, hace una década, en un fenómeno capaz de vender 80 millones de ejemplares. Este jueves la historia de la icónica hacker Lisbeth Salander resucitará simultáneamente en las librerías de 40 países en las 500 páginas de Lo que no te mata te hace más fuerte(Destino / Columna).

Olof Lagercrantz, influyente intelectual, crítico literario y premiado escritor, hijo de banquero y condesa de una familia de la alta nobleza sueca, fue además el padre de David Lagercrantz. Este, criado en un mundo tan elitista, quiso distanciarse del lastre de su apellido y la exquisitez de su herencia literaria y, aunque siguió vistiendo trajes a medida y compró su loft de Södermalm, en Estocolmo, con el dinero que le dio su padre al vender un cuadro de Strindberg, orilló sin escrúpulos hacia el amarillismo como periodista de sucesos (etapa que él mismo calificó de «viaje comercial al asesinato y la muerte» en la revista Fokus, según la cual, en el sensacionalista Expressen se evoca aún cómo casi convirtió en estrellas del rock a dos asesinos).

Buscó luego el sustento en las vidas de otros. Si su padre fue biógrafo de Dante y Strindberg, él lo ha sido, a otro nivel, del montañero Göran Kropp, el inventor Håkan Lans, el matemático Alan Turing y el exazulgrana y futbolista del París Saint-Germain Zlatan Ibrahimovic, de quien fue el negro que escribió su autobiografía, traducida a 30 países y con medio millón de ejemplares.

Fue este éxito el que llevó a su agente literaria, Magdalena Hedlund, y a Eva Gedin, editora de Millennium en Norstedts, a proponer a Lagercrantz en el 2013 esta resurrección fiel al original. Tras el «shock inicial», no pudo resistirse y, «emocionado y aterrorizado», dijo: «Nací para esto. Nadie lo haría mejor». Tras 18 meses de trabajo se confiesa, en el diario Dagens Nyheter, «obsesionado día y noche con la intriga y los personajes». «Lo más difícil es construir el argumento. Larsson era un maestro en crear una narrativa compleja con muchas historias paralelas y eso es algo que quise seguir. Fue también lo más divertido: hacer avanzar la historia y ver que los detalles van encajando», ha dicho a Norstedts Lagercrantz, que opina que el estilo de Larsson «es realista y tiene autoridad periodística»: «Le crees cuando escribe de monstruos rubios que no sienten dolor o de los problemas diarios de la revista Millennium. Pronto entendí que sería patético si trataba de imitarlo».

Añade que ha tenido la ayuda de hackers y matemáticos y ha investigado sobre símbolos antiguos y palabras clave. «Creo que podré aportar mi interés por la ciencia y su conocimiento del mundo de los medios de comunicación». No en vano, lo poco desvelado hasta ahora sobre la trama indica que trata sobre inteligencia artificial y tráfico ilegal de información confidencial y que, tras un cambio de propietarios en Millennium, Mikael Blomkvist, su periodista estrella, se siente presionado.

El enfado

Pero, ¿qué pensaría Larsson? «Se sentiría molesto y enojado», afirma tajante por correo electrónico a este diario la arquitecta Eva Gabrielsson, pareja del escritor durante 30 años, pero que al no casarse y morir este sin testar, la ley declaró herederos de los millonarios derechos de autor a su padre, Erland, y su hermano, Joakim, que han autorizado el cuarto libro para «mantener con vida aquellos personajes y el mundo creado por Stieg». «El motivo es el dinero -opina en cambio su viuda-. El editor sueco (Norstedts) tuvo pérdidas de 38,5 millones de coronas en el 2013 y el 2014. Está en venta pero no ha salido ningún comprador». En Suecia se dice que Millennium 4 salvará a la editorial, pero Gabrielsson no piensa leerlo. Según ella, Lagercrantz es «uno de los negros que tienen en su establo». Este, por su parte, donará lo que gane a una asociación para el fomento de la lectura y sus herederos harán lo propio con Expo

Gabrielsson tuvo en sus manos las 200 páginas de un cuarto manuscrito que Larsson dejó inacabadas. Están en paradero desconocido. ¿Saldrán algún día a la luz? Responde rotunda sin más detalles: «No».