CRÓNICA DE CONCIERTO

Milky Chance, adiós a las sillas

La exitosa banda alemana, artífice de un folk-reggae resultón, animó al público a pasar de asientos y bailar en el festival Jardins de Pedralbes

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Ambiente relajado y media de edad menor a la habitual en el festival Jardins de Pedralbes, en la noche del miércoles, para ver a Milky Chance, ese grupo que nunca quiso reinar, solo divertirse, pero ha cautivado a media Europa y todo Estados Unidos con su folk-reggae sostenido por ritmos electrónicos a bajas revoluciones.

Algunos se refieren a Bob Marley para definirlos, pero el santoral de Milky Chance parece más afín al indie-folk y ciertos fenómenos alternativos de los últimos años. Clemens Rehbein tiene la misma voz nasal y rasposa que Kristian Matsson, el joven aspirante a nuevo Dylan de The Tallest Man On Earth; sus líneas de guitarra, por otro lado, parecen inspiradas en el minimalismo de The xx. Cuando más eufóricos remiten a Mumford & Sons; cuando más parlanchines, a Arctic Monkeys.

Durante el concierto, Rehbein habló lo justo. Junto a sus compañeros Philipp Dausch (percusión y electrónica) y, solo para directos, Antonio Greger (bajo, armónica), se concentró en sacar lustre al repertorio de 'Sadnecessary', que se autoeditaron hace ya tres largos años pero todavía les da alegrías.

TIRANDO DE SOLOS

En su primera interpelación seria, el cantante animó al público a dejar su silla: "Sois muy guapos, pero todavía estaríais más guapos si os levantarais y bailaseis, como esta gente de aquí", dijo señalando a una fila de atrevidos pioneros. Dicho y hecho: el público entero se puso de pie para 'Flashed junk mind' (aquí la referencia parecen Blur y su 'Song 2', solo que en clave reggae) y la menos resultona 'Given', que muestra a las claras cómo se las ingeniará el grupo para sostener una actuación larga con solo un disco en su haber. Tirando de solos, claro.

Clemens nos quiso sentados para 'Loveland', el tema más despojado y rústico del grupo, con solo de armónica extralargo a cargo de Greger. Y su siguiente (amable) orden fue bajar los móviles para 'Feathery', aunque rápidamente vio que no había muchos. Lo interpretó como una señal de respeto, pero seguramente también influía el temor a recibir una multa o un toque de atención (en el festival de Pedralbes no se puede, en teoría, hacer fotos ni rodar películas de concierto amateur).

Por ser buenos, recibimos un par de inéditas: 'Blossom' y 'Ego', ambas bastante 'uptempo'. Y no nos dejaron sin "una canción que igual conocéis", el 'sleeper' 'Stolen dance', banda sonora de hace un par de veranos. Quizá también del de este, para muchos, a tenor de la reacción apasionada.