CRÍTICA

Rodeos entorno a una línea

El ensayo de Lluís Calvo 'El meridià de París' es una exhibición de estilo y un análisis ajustado de Europa

VICENÇ PAGÈS JORDÀ

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Desde los años 80, Lluís Calvo (Zaragoza, 1963) ha publicado una veintena de libros de poesía y ha recibido premios relevantes en este género, sobre el cual ha escrito numerosos artículos y críticas. Autor de cuatro novelas, Calvo acaba de publicar su tercer libro de ensayo, 'El meridià de París'. A diferencia de los anteriores, no está compuesto de fragmentos numerados ni incluye notas a pie de página, sino que adopta un carácter discursivo.

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En el año 1667 la Academia de Ciencias francesa fijó una línea imaginaria que pasaba por París. El 1884, la Conferencia Internacional de Washington la sustituyó por el meridiano de Greenwich, como un símbolo del relevo de Francia por el Reino Unido en el poder y, en consecuencia, en la creación de imaginario. Lluís Calvo ha seguido el meridiano desde París hasta Ocata, en el Maresme, cuando se hunde en el mar, y aún en la prolongación mallorquina en la isla de Sa Dragonera.

El viaje empieza en el poder (París, Corneille, Robespierre) y continúa con San Agustín y la “guerra justa”. El lector rápidamente se apercibe de que el meridiano no es más que una excusa para dotar al libro de una unidad que, quizá porque resulta voluntariamente azarosa, se diluye a cada paso en discontinuidades y rodeos. En el cuarto capítulo, Calvo propone una plausible teoría de Europa basada en tres personajes: Fausto, Mefistófeles y el Comte Arnau. En el cuarto llegamos a La Roca Village (el meridiano de París la atraviesa) y entonces el libro profundiza en el simulacro, los no-lugares y la autopista según la revista 'Tiqqun'.

El trazado del meridiano dota al libro de un equilibrio precario entre el orden y la digresión. El viaje entre París y el Maresme es un buen pretexto para que Calvo escriba a partir de pensadores franceses (Foucault, Deleuze, Baudrillard) y poetas catalanes (Maragall, Carner, Sagarra), pero sin perder de vista nuestro tiempo, y sobre todo nuestro espacio: “La modernitat també podria ser, al capdavall, una reacció contra les línies rectes”.

En 'El meridià de París', la prosa de Lluís Calvo se desentiende de los aforismos y se desarrolla en oleadas que se suceden sin brusquedades, pero también sin previsiones. No obstante, el libro no es solo una exhibición de estilo, sino un análisis ajustado de Europa, una muestra de aquel género francés, entre literario e ideológico, que en los años 70 se denominó “crítica” y que hoy parece tan desaparecido como el meridiano de París.