NOVEDAD EDITORIAL

Springsteen: una vida en 10 recuerdos

El músico de Nueva Jersey publica su primer libro de memorias, 'Born to run', en el que revela interioridades artísticas y aspectos íntimos de su vida

Springsteen, en el Camp Nou en el 2016.

Springsteen, en el Camp Nou en el 2016. / FERRAN SENDRA

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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La historia de Bruce Springsteen ha sido contada muchas veces, aunque esencialmente a través de aproximaciones por cuenta ajena. Pero el autor de 'Born to run' considera que ha llegado el momento de que las voces que interpretan su vida se silencien y sea él quien tome la palabra. 

Lo hace en su primer libro de memorias, 'Born to run', en el que recorre toda su vida en un volumen caudaloso (publicado en castellano por Random House, traducción del crítico musical Ignacio Julià, y en catalán por Malpaso, a cargo de Miquel Izquierdo), que sale en todo el mundo el próximo martes, día 27. Un relato apasionante, que no evita la crudeza, revela interioridades y exhibe brotes de humor. Lo repasamos a través de diez claves.

LAS RAÍCES: EL ESTIGMA PATERNO

El libro se abre paso con escenas poco triunfales: un Bruce de diez años que, acompañando a su abuelo, busca aparatos de radio tirados en un vertedero para arreglarlos y venderlos a los trabajadores temporeros que suben a Nueva Jersey cada verano. Recreación de un ambiente familiar deprimido e inestable, con la figura tambaleante y alcohólica de su padre. «Me quería, pero no me soportaba», asegura. Le recuerda bebiéndose packs de cerveza en la cocina a oscuras y buscando su afecto con torpeza. Ahí sitúa una fuente de inseguridad que le acompañará toda su vida. 


LA PALABRA REVELADA: ELVIS Y LOS BEATLES

El modo en que recrea el debut de Elvis Presley en el 'Ed Sullivan show' es apoteósico: un Bruce de apenas siete años, descolocado ante aquel «Dionisio de jukebox de sábado noche», que no era un activista sino un 'showman' que transformó América. Luego, los Beatles, que le impulsaron a dejarse crecer el pelo, acción incomprendida por su padre: «Bruce, ¿eres marica?», le endilgó cuando observó sus indicios de melena. Abundan los homenajes a las fuentes: de Dylan James Brown, Curtis Mayfield o Van Morrison, cuyo 'Astral weeks' le enseñó «a confiar en la belleza y a creer en la divinidad».


LA INDUSTRIA: EL NO DE ATLANTIC

Revelación: antes de fichar por CBS, Springsteen fue rechazado por Atlantic Records tras acudir a una audición. Mike Appel, su primer mánager, aparece como un seductor capaz de hacerle firmar contratos con condiciones insensatas. Comenzó a sospechar cuando insistió en que firmara un seguro de vida que, si fallecía, le reportaría un millón de dólares. «Tus pobres padres recibirán un montón de pasta», le vendió. Parecía razonable. «¡Solo tenía que morirme!», se carcajea Bruce. El cómplice definitivo lo encontró en Jon Landau, que un día vio el futuro del rock’n’roll en «una de las más grandes y salvadoras reseñas jamás publicadas». Tipo culto, capaz de dar un tratamiento cerebral a la pasión por el rock.  En él vio, admite, a alguien que podía reemplazar a la figura paterna.


LA PANDILLA: SIN DEMOCRACIA

Springsteen no quería ser un solista ni el miembro de una banda. «La democracia en un grupo suele convertirse en una bomba de relojería», opina. De su E Street Band destaca que no son «figuras excesivamente envueltas en mística o misterio», sino más bien «como la banda del bar de tu barrio aumentada a escala de gran éxito». Dedica generosos párrafos a cada miembro, y Clarence Clemons merece un capítulo entero. Un auténtico saxofonista de rock’n’roll, no de jazz reciclado, cómplice de dinámicas escénicas y símbolo de la amistad por encima de condicionantes raciales que, destaca Springsteen, en los años 70 estaban aún muy vivos en la sociedad estadounidense.


EL GOLPE: NACIDO PARA CORRER

La canción 'Born to run' marca «la línea divisoria» entre sus «nociones adolescentes de amor y libertad» y los matices que estaban por venir. Más allá de su épica romántica, la canción es, dice, el reflejo de una América que ya no era «el lugar inocente que parecía en los 50». Habían sido asesinados Kennedy, Luther King, Malcolm X... «El miedo estaba en el aire». Y los grandes temas impregnan su obra: la identidad, el hogar, la responsabilidad, Estados Unidos.


LA AMBICIÓN: UN ROCK ADULTO

Descubrió tarde a Hank Williams, a finales de los 70, y vio en su lírica country una inspiración para dotar a su expresión rockera de un calado adulto. «Aspiraba a que mis nuevas canciones siguieran resonando al hacerme mayor», afirma. Ve 'Darkness on the edge of town' como «la mayor destilación» del significado de su música. La austeridad extrema de Nebraska tiene su origen en las «telarañas» de su pasado y su infancia


LA MALINTERPRETACIÓN: ‘BORN IN THE USA’

La canción que dio título a su disco más comercial sigue siendo «una de las más malinterpretadas» de su carrera, y lo atribuye a la dificultar de saber comprender el fondo de esa «voz patriótica ‘crítica’ junto al orgullo del lugar de origen». Alusiones a Reagan, que «cínicamente» agradeció un supuesto «mensaje de esperanza» de la pieza. Las versiones acústicas, crudas, que ofrecería en el futuro tuvieron como objeto reparar los daños. En cualquier caso, el disco «estalló como una bomba atómica» y no se ve capaz de señalar las causas de tal éxito: en estos casos, dice, «siempre hay cierto misterio». Pero, a los 34 años, optó por disfrutar del momento.


LA INDIGNACIÓN: SINTONÍA EUROPEA

En el tramo final del libro alza la voz un Bruce indignado, «furioso por lo que habían hecho algunas empresas financieras de Wall Street» y por la agresión a las clases medias. El germen de su poderoso 'Wrecking ball', «disparo rabioso contra una injusticia que aún continúa», dice. Un disco mucho mejor recibido en Europa que en su país. «Llegué a la conclusión de que, en Estados Unidos, había disminuido el poder de la música rock como vehículo para esas ideas», concluye con amargura.


LA CÓMPLICE: SEÑORA SPRINGSTEEN

Patti Scialfa, corista de la E Street Band  convertida en su esposa, protagoniza un capítulo, 'Revolución pelirroja, rico en azúcares'. «Belleza llameante, reina de mi corazón». Chica independiente de Nueva York convertida en 'airbag' de una convulsa estrella del rock, de la que destaca su discreción al manejar la imagen publica.


LOS FANTASMAS: DÍAS DE DEPRESIÓN

Sus crisis a comienzos de los 80 ya eran conocidas. No las que le sacudieron tras cumplir los 60 y dos años después. «Me duró un año y medio y me dejó destrozado», confiesa. Al final del libro, otro episodio. producto del bajón anímico tras la gira 'High hopes', mitigado con fármacos, el Klonopin. Bruce, destripado en público en estas páginas últimas. «No lo he contado todo sobre mí mismo», advierte. Pero ha tratado, dice, de ser fiel a la promesa de un libro de memorias: «mostrarle su mente al lector».

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