Mecanismo de relojería oriental

Se publica 'El expreso de Tokio', clásico del policiaco nipón

CARLOS MARTÍNEZ SHAW

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Seicho Matsumoto es conocido, junto con el patriarca Edogawa Rampo, como uno de los fundadores de la literatura policiaca en el Japón moderno. Sus novelas fueron las primeras que pudieron adscribirse al género europeo de la 'detective story', y ambos fueron considerados en su tiempo, tanto en su patria como en los países occidentales, como los equivalentes japoneses de Georges Simenon. Sin duda, al igual que otros escritores importaban la novela realista o naturalista,  ellos fueron los responsables de que el género popular de los crímenes o las intrigas resueltas por investigadores competentes no sólo fuera aceptado masivamente por el público, sino que adquiriera respetabilidad literaria.

Seicho Matsumoto fue un escritor de vocación tardía, cuyo talento fue reconocido a partir de su segunda novela ('Historia del diario de Kokura'), con la que obtuvo el premio Akutagawa en 1952. Sin embargo, la celebridad le llegaría seis años después cuando publicó primero por entregas y luego como libro 'El expreso de Tokio', que se convirtió inmediatamente en una de las más leídas de la posguerra. Un éxito que indujo al escritor a dedicarse por entero a la producción de novelas policiacas, todas ellas caracterizadas por un relato minucioso de los hechos, una reconstrucción de la trama exacta como un mecanismo de relojería, una cuidadosa atención a los personajes, una imagen positiva de los inspectores que llevan a cabo la investigación y una punta de crítica social tan contenida que no permite hablar de serie negra para caracterizar sus historias.

La novela que nos ocupa es la quintaesencia de esas características y de esas virtudes.Comienza con un planteamiento de los hechos que se hunde en la más acrisolada tradición japonesa, la del doble suicidio por amor, en este caso con la aparición de una pareja envenenada con cianuro en la playa de Kashii en la isla meridional de Kyushu. La ubicación también es deliberada, pues el escenario del drama está muy cerca de dos estaciones de ferrocarril, otro de los signos de la modernización de la nación, que además cobrará un protagonismo absoluto dentro de la acción, ya manifiesto desde el propio título: la perfecta puntualidad de los horarios de los trenes en el  año 1947 será  la pieza esencial para desvelar el calculado enigma. Al final, la novela se habrá convertido en uno de los grandes clásicos del tipo «crimen dentro de una habitación cerrada por dentro», con un mínimo resquicio para la sagacidad del inspector Kiichi Mihara.

EL EXPRESO DE TOKIO

Seicho Matsumoto

Trad.: Marina Bornas

Libros del Asteroide. 216 p. 17,95 €