Mazoni, 31 días de cautiverio

No todos los conciertos tienen la misma historia. Muchos conciertos, de hecho, no tienen ninguna historia. Son conciertos, sin más. El de esta noche tiene una buena historia. Exactamente, un mes de historia. El músico de La Bisbal Jaume Pla, más conocido como Mazoni, ha ido cada día de marzo al centro cultural Arts Santa Mònica con el encargo de componer allí dentro un puñado de canciones. Y lo que este martes presentará en su claustro a las 21.00 horas serán los frutos de este mes de cautiverio creativo.

Mazoni no ha dormido allí, como muchos pueden pensar. Esto no era una 'performance', sino un desafío personal: componer siete canciones (aunque solo hoy se sabrá si al final son seis, siete u ocho) con otros tantos instrumentos y sin llevar nada preparado de casa. Cuando acababa una canción escogía el instrumento con el que compondría la siguiente. Y a lo largo de un mes ha trabajado con un piano, una guitarra acústica, un bajo eléctrico, una guitarra eléctrica, un ukelele, un ordenador y un armonio.

El objetivo de Mazoni era explotar esta nueva situación laboral y geográfica, recluido en una inmensa sala acristalada de cara a las Ramblas, exprimir todas las horas que pasó allí dentro y experimentar en sus carnes los alicientes y dificultades y de componer con una fecha de entrega. Y, por supuesto, buscar timbres sonoros que diferenciasen una canción de otra. De ahí la decisión de cambiar siempre de instrumento, enfrentándose en varias ocasiones con algunos que no había tocado en su vida.

Por si fuera poco, Mazoni ha ofrecido cada martes una charla en la que explicaba el origen de la letra y música de cada canción. El martes 10 relató que la primera composición nació inspirada al ver cómo una chica perdía una bufanda en la calle; la letra se complica y enriquece con reflexiones y recuerdos hasta erigirse en una bonita balada al piano titulada 'Quan temps fa que no plores?' El martes 17, en cambio, confesó haber compuesto 'Desig imbècil' tras escuchar a Nirvana.

Han sido unos encuentros de franqueza extrema porque el plan del cantante era sumergirse muy intensamente en el proceso compositivo y mostrar a quien le interesara los caminos y atajos que te llevan hasta una canción, así como los abismos y desiertos que te alejan de ella. En un momento de agobio, y viendo que la inspiración no llegaba, fueron sus fans quienes le sugirieron por Facebook temas sobre los que escribir; así nació 'Sempre que te'n vas a l'Índia'. La semana pasada echó mano de la sinfonía de máquinas que suena en la fascinante exposición de Cabo San Roque ubicada en la segunda planta del Arts Santa Mònica para utilizarla en su sexta canción.

31 conciertos en 31 días

Este reto personal tiene una remota primera parte. En marzo del 2010, el de La Bisbal ya se puso contra las cuerdas inventándose una gira de 31 conciertos en 31 días por Catalunya. Fue una experiencia extenuante, entre lo absurdo y lo revelador, con la que pretendía descubrir los límites de su oficio. «Veo positivo meter el dedo en la llaga en un mundo como el del rock català, o el de la música en general, donde todo es superaburrido», declaraba entonces. Mazoni sigue en sus trece, obsesionado con salirse del tiesto, aunque sea encerrándose un mes en un museo. Hoy abandona su cautiverio. Pero antes deberá interpretar estas nuevas canciones. Quién sabe; quizás ya no las cante nunca más.

Disco-libro de edición limitada

En principio, este cancionero no formará parte del nuevo disco de Mazoni, pero este martes se grabará el concierto para publicarlo en unas semanas en una edición limitada de 310 copias, junto a un diario-conversación donde Pla reflexiona sobre su desafío compositivo. El documento, coeditado por la discográfica Bankrobber y la editorial Labreu, se completa con otro diario-entrevista, el que revive la gira de 31 días que realizó en el 2010 y que ilustra el disco en directo 13.31 grabado en La Cova del Drac de Barcelona.