Mayte Martín, en esencia

NÚRIA MARTORELL/ Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mayte Martín clausurará esta noche el ciclo Catalunya Arte Flamenco en la Cúpula Las Arenas, estrenando un espectáculo de contundente título y delicado contenido: 'Por los muertos del cante'. "Es como la publicación de mi archivo emocional que se ha ido haciendo a través de los años gracias a esos cantaores que ya no están, pero también de gente que no canta y me enseñó a amar y a entender la música y el arte como algo sagrado", explica la artista, después de bordar una petenera con una letra que le enseñó su padre siendo chica.

La cantaora vive desde el jueves de la semana pasada rodeada del bucólico paisaje del Alt Empordà, en una acogedora casa rural llamada Mas Roquet (en Maçanet de Cabrenys). "Ven acá remediaora/ y remédiame mis males/ que si tú no los remedias/ no me los remedia nadie...", reza el texto de este palo de ida y vuelta que Martín lleva años resarciendo del olvido. Con sus cómplices de esta y otras aventuras, los tocaores José Luis Montón Juan Ramón Caro, y el percusionista Chico Fargas intercambian notas, compases, experiencias, ideas y viandas.

"RESPIRÁNDOSE UNO A OTRO"

"Cuando convives es muy diferente a ensayar de cuatro a nueve y luego cada uno a su casa. Se crea algo muy distinto. Estamos comiendo, tomando un café al aire libre¿ y nos respiramos unos a otros". En este momento irrumpe en escena Truc, el cariñoso perro de los dueños de la masía y se lanza a sus brazos sin dejar de darle lametones. "Ya ves, aquí estamos más a gusto que un arbusto", ríe.

"'Por los muertos del cante' nace del amor y agradecimiento a toda la gente que me enseñó cosas hermosas en el flamenco; que me dejó sensaciones y vivencias bonitas en mi niñez y adolescencia, cuando aprendía lo más importante a nivel artístico y humano. Una forma de entender la vida y caminar por ella. A mi padre y a mi madre". Sus ojos se empañan y entonces sigue la conversación con la voz entrecortada.

"Y también a mi querido tío, que era como un armario ropero: medía dos por dos. Los domingos por la tarde nos íbamos a su casa y escuchábamos flamenco. Ponía a La Niña de la Puebla y a Pepe Pinto. Y los dos llorábamos como niños".

LA COLUMNA VERTEBRAL DE SU VIDA

La cantaora ya adelanta que será un recital más emocional que enciclopédico. Su voluntad no es didáctica. Y su manera de reivindicar también a grandes cantaores desaparecidos será tan sutil como elegante.

"A veces me dicen, '¿por qué no haces algo que te haga más famosa y luego ya sí haces lo que te salga de los cojones?' Pero para mí esto es una religión", subraya

"Al final se trata de reconocer una emoción que te das cuenta de que es la columna vertebral de tu vida y que ha guiado tus movimientos. A veces me dicen, '¿por qué no haces algo que te haga más famosa y luego ya sí haces lo que te salga de los cojones?' Pero para mí esto es una religión", subraya.

"Cuando estaba aprendiendo a cantar y llenándome el alma de música, aprendía paralelamente el valor de la integridad. Esto sucedía mientras mi madre me decía que fuera siempre libre; que no renunciara nunca a la libertad. Debía de tener solo 10 añitos, y me soltaba frases como 'hija, tú siempre sabes lo que tienes que hacer'. Y esto te da una responsabilidad que no te permite ser infiel a ti mismo ni a tu memoria. Te marca un sendero del que no concibes desviarte".

 "Ese concepto de libertad que me hace ser tan feliz como desgraciada a veces. Porque el mundo, la sociedad, no está preparada para que la gente sea así. Pero esta es mi manera de honrar a la memoria y a los muertos del cante. De mi cante

Mayte Martín se ha propuesto seguir enalteciendo esas enseñanzas. "Ese concepto de libertad que me hace ser tan feliz como desgraciada a veces. Porque el mundo, la sociedad, no está preparada para que la gente sea así. Pero esta es mi manera de honrar a la memoria y a los muertos del cante. De mi cante".