CONCIERTO POLÉMICO EN BENICÀSSIM

Matisyahu no se amilana

El músico judío ignora las provocaciones de un grupo propalestino en el Rototom

Matisyahu, durante su actuación en Rototom, la noche del sábado.

Matisyahu, durante su actuación en Rototom, la noche del sábado.

EL PERIÓDICO / BENICÀSSIM

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Tras la polémica generada por la cancelación de su actuación y su posterior reprogramación, el cantante estadounidense de origen judío Matisyahu saltó el sábado por la noche al escenario del Rototom. Y lo hizo con el público dividido entre los abucheos y los aplausos. Pero él no se amedrentó y se dedicó a lo suyo, a tocar. Antes hizo una petición a los asistentes que protestaban: («Dejadme oír vuestros silbidos») y alentó la presencia de aquellos que se mantenían al margen de la controversia («Aquellos que no habéis traído bandera y tenéis vuestro corazón como bandera: levantad vuestras manos»).El grupo contrario a la actuación, formado por los que le acusan de ser prosionista, había pasado la jornada paseando por el recinto reivindicando su causa, protestando contra el recital y ondeando banderas palestinas. Las mismas personas que se postraron frente al escenario la primera media hora del concierto pero, a medida que avanzaban los minutos, quedaron diluidos entre el público. Antes tuvieron tiempo de tirar una botella de agua y una zapatilla a Matisyahu, que no fue alcanzado.

El estadounidense continuó como si nada arropado por el resto del público que coreó sus temas, entre ellos, los dos más esperados, Jerusalem -una canción sobre el pueblo judío- y One day, una pieza que habla de la paz con estrofas como: «No queremos luchar más,/ no habrá más guerras y nuestros niños jugarán» y «Se tratará a la gente por igual,/ parará la violencia y se derribará el odio».

«Disfrutar de la música»

A esa letra apeló la organización del Rototom durante los primeros días de la campaña de boicot del BDS País Valencià para justificar el mensaje de «amor, paz y hermandad» del artista y desmontar así las acusaciones de sionismo contra él. Pero la presión fue en aumento y el festival le pidió una declaración contra la violencia y sobre el derecho del pueblo palestino a tener un estado propio. La negativa de Matisyahu a pronunciarse provocó la anulación de su actuación. Luego llegaron las quejas por la cancelación

-entre ellas, la de la Generalitat Valenciana, el Gobierno y la Embajada de Israel-. El festival rectificó y Matisyahu actuó. «Gracias por venir juntos para disfrutar de la música», se despidió.

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