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Marcas y marcas

JAUME SUBIRANA

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Tengo un amigo que se ha ido un tiempo a Venecia y dice que algunos amigos le prohibieron con sorna ponerse a escribir ningún poema sobre ello. En el mismo sentido,Ernesto Baltarha publicado enJot Down Magazineel artículoLas muchas Venecias,donde empieza apuntando que quizá lo mejor sería sencilla y directamente evitar el tema, dada la densidad literaria de las aguas de los canales en la ciudad de la Serenísima. La paradoja es que lo dice (lo decimos) como una especie decaptatioprevia al hecho de añadir su voz al gran coro secular de todos los que han escrito con Venecia como decorado.

Tomo notas para este artículo conMarca de aguadeJoseph Brodsky(Siruela / Viena) sobre la mesa y con el diario abierto en la página en la que un suplemento reseña la última novela deDonna Leon.Si ella o el Nobel rusoamericano hubiesen sido prudentes, si hubiesen hecho caso de la humildad y la prevención sensatas, ahora no podríamos hablar de sus libros. SiVikram Sethhubiese sido prudente ahora no existiría la espléndida novelaUna música constante. Si lo hubiese sidoPredrag Matvejevicno podríamos leerLa otra Venecia. Si lo hubiesen sidoJulius Norwich, Jan Morris, Thomas Mann, John RuskinoHenry Jamesnos habríamos perdido un montón de excelentes páginas. Buena parte de la literatura se escribe sobre libros anteriores, y casi toda sobre temas dados: a la vezgracias aya pesar delo que ya se ha publicado sobre determinados lugares, hechos o personas. ¿Y qué quieren?, yo me alegro de queBrodskyfuese imprudente, que no le importase coger una hoja y ponerse a evocar cómo habían ido a recogerle a la estación aquella fría noche de diciembre. De alguna manera es también lo que se ha atrevido a hacerNarcís Comadiraal ponerse a evocar en el extraordinarioMarques de foc(Ara Llibres) -una antología, unas memorias, un ensayo- el hilo de los poemas que le han hecho la persona, el lector y el escritor que es. Ellos han osado poder. Y entonces las marcas quedan donde losBrodskyo losComadiralas dejan: bien arriba.