Gente corriente

Marc Vicens: «Encontrar tu propio trazo es como una gimnasia»

Diseñador gráfico e ilustrador. Cada día aboca en su blog un dibujo que acompaña un texto literario.

«Encontrar tu propio trazo es como una gimnasia»_MEDIA_1

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OLGA MERINO

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Versos o párrafos jugosos de Baudelaire, de David Foster Wallace y de Miquel Bauçà encuentran la pareja de baile perfecta, a menudo a tinta china, en menjarblanc.wordpress.com. Todos los viernes, además, el artista Marc Vicens Coll (Cornellà del Terri, 1972), premio Junceda d'Il.lustració el año pasado, inventa en su blog carátulas de discos para las canciones que le gustan. Los Manel, Radiohead, El Último de la Fila.

Como soy nervioso por naturaleza, me siento muy cómodo con la tinta china por la inmediatez. Es una técnica muy rápida.

Pero difícil. Se trata de buscar tu trazo, de sentirte seguro con él. Dibujar sin borrar. O romper.

¿Por qué un blog? Lo empecé por necesidad en el 2008. Los ilustradores siempre estamos pendientes de que alguien te publique o te deje exponer, y el blog te permite hacerlo al instante. Me he creado un hábito, la disciplina de cumplir cada día, de lunes a viernes.

Un dibujo que acompaña un texto. Me encanta leer, así que junto ambas cosas. Me fascina leer algo y que, a través de unos extraños vasos comunicantes, surja un dibujo. Un profesor mío en EINA solía decir que es mucho más importante saber leer ,o sea, saber interpretar, que saber dibujar.

He visto que 'come' de todo.  Novela, un libro de cuentos, un poema. También puede ser algo que leo en la prensa o una frase que escucho por ahí, como la que cacé en el último Primavera Sound: '«No sé si sóc: hipster, hàmster o jilipolles»'. Dibujé un hámster medio aturdido encima de su noria.

Pero lo de cada día es una carga. Es una imposición, sí, pero con el hábito deja de serlo. Hago el dibujo por la mañana temprano o ya por la noche, cuando regreso. La constancia es muy importante en cualquier disciplina artística.

Seguro. A medida que lo vas haciendo, te das cuenta de que esta pequeña obligación te hace encontrar tu propio trazo, que es como una gimnasia. Igual que quien va a caminar o quien lee a diario encuentra su ritmo; a mí me funciona. Me he dado cuenta dando clases de dibujo para niños.

¿Para niños? Qué interesante. Cursos muy lúdicos, nada académicos. A veces te dicen: «No sé dibujar», y no es cierto. Todos sabemos, todos tenemos una manera de mirar. La cuestión es encontrar el propio trazo, aunque no sea el mejor. ¿Qué es lo bello o lo feo en el arte? Es una lástima que la plástica haya sido barrida de la educación primaria.

¿Cómo le nació la vocación? Siempre me gustó dibujar y de pequeño llenaba libretas, supongo que todos los que nos dedicamos a esto lo hicimos, copiando personajes de cómic, como Mortadelo y Filemón. No sé si pudo influir el hecho de ser hijo único, de no tener hermanos… Dibujar era mi forma de jugar.

¿Pero había algún antecedente artístico en la familia? No. Mis padres tenían un restaurante aquí, en Cornellà del Terri, Can Xapes. Se jubilaron hace cinco años; yo había trabajado mucho en la cocina.

¿Por que lo llamó menjar blancEs un postre, oriundo de Reus, que preparaban mis padres en el restaurante. Una especie de crema catalana de color blanco, hecha a base de leche, almendras, azúcar y almidón. Lo asocié con la idea de la página en blanco, de empezar de cero... El arte ayuda a domesticar los demonios.

¿Demonios con nombre? Decepciones, angustia. Me cuesta decirlo con palabras. Yo me expreso dibujando.