RENOVACIÓN DE CARGOS AL FRENTE DEL AUDITORIO MODERNISTA

Mar de fondo en el Palau

MARTA CERVERA
BARCELONA

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Cinco años después de que Fèlix Millet tuviera que salir por la puerta de atrás del Palau de la Música protegiéndose de las cámaras con un paraguas negro, el Orfeó Català afronta sus segundas elecciones a junta. El clima se ha enrarecido en la «casa dels cants» (como decía Joan Maragall) con proclamas nada afinadas, expulsiones del recinto y acusaciones entre los dos candidatos.

El próximo jueves, los 1.225 socios con derecho a voto de esta entidad con 1.780 adscritos deberán elegir entre Mariona Carulla, la presidenta hasta ahora, y Pau Duran. Ambos estuvieron presentes en la institución en la etapa de Millet. Carulla, como vicepresidenta del Orfeó, y Duran

-que contesta que es consultor y remite a la plataforma de internet Linkedin cuando se le pregunta a qué se dedica- fue tesorero.

A parte de este nexo de unión, sus candidaturas tienen poco qué ver. Carulla, además de los éxitos artísticos y económicos de su mandato, cuenta con un sólido equipo. En él hay desde especialistas en música como Àlex Robles, director de Catalunya Música; Jaume Ayats, director del Museu de la Música, y el maestro Antoni Ros-Marbà, hasta expertos en arte, como Emilio Álvarez Costa, y representantes de la sociedad civil catalana, como Carlos Cuatrecases, Joaquim Uriach Torelló, y de la política, como Maria Glòria Renom, diputada al Parlament por CDC.

Pero por si el equipo no fuera suficiente, la hija de Lluís Carulla, fundador del grupo Agroliment (Gallina Blanca) e importante mecenas, vuelve a contar como responsable de su campaña con Jaume Masferrer, que colaboró en la elección de Sandro Rosell al frente del Barça. Duran, con un perfil más discreto y una campaña low cost, tiene un equipo voluntarioso integrado mayoritariamente por excantantes del Orfeó.

DESCALIFICACIONES / La descalificación ha sido su estrategia principal antes de dar a conocer un ambicioso programa que propone convertir el Palau en algo diferente: un gran club que organice muchas actividades, no solo musicales, y reúna a los mejores cantantes de coro de Catalu-nya. Apoyan su candidatura socios del Orfeó Català para quienes las cosas no han cambiado lo suficiente desde el caso Millet y que aspiran a recuperar la gestión de sus recursos y patrimonio, cedidos a la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música. Este organismo, que fue creado por el equipo de Carulla para garantizar un mejor control de las finanzas y la máxima transparencia en la gestión, ha sido puesto en duda por Duran. Él, que acusa de «goebbelianas» ciertas afirmaciones de Carulla en su programa, no ha logrado aportar demasiadas pruebas contra la Fundació pero ha lanzado duras acusaciones, poniendo en duda el reparto de los 11 millones de euros del presupuesto de la entidad cultural.

Pau Duran sabe que tras el cataclismo de hace cinco años es fácil que el socio desconfíe: Fèlix Millet y su número dos durante su mandato, Jordi Montull, están a la espera de afrontar un juicio por expoliar 35 millones de euros y por presunta financiación ilegal de CDC. Duran, por ejemplo, apunta que con la diputada Renom en el Palau la Fundació nunca acusará a Convergència si se da el caso. Además, el candidato ha impugnado la modificación de los estatutos de hace dos años y acusa a Carulla de falsificar las actas de las elecciones del 2010.

Pero en una cosa están de acuerdo: la continuidad del proyecto Clavé XXI, iniciativa llevada a cabo en Ciutat Vella, cerca del Palau, que fomenta la inclusión social de jóvenes a partir de la educación musical.