CRÍTICA DE ÓPERA

'El màgic elixir' da en la diana

El estreno de la obra familiar de García Demestres y Joan Font brilla en el Teatre de Sarrià

Magic Elixir

Magic Elixir / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL

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Una excitante e inusual aventura creativa. El estreno de 'El màgic elixir', de Alberto García Demestres y con montaje de Joan Font, en el rehabilitado Teatre de Sarrià, ha representado el impulso decisivo que necesitaba  la temporada estable de Òpera de Cambra de Barcelona, surgida en diciembre del año pasado por iniciativa de Amics de l’Òpera de Sarrià. Este coqueto espacio se llenó de arte y buenas vibraciones con esta aclamada función, que se repetirá los días 12 y 13 diciembre.

La primera de las cuatro obras escenificadas de este curso, junto a las otras concertantes previstas, es fruto de un encargo de esta asociación. Demestres se responsabilizó de la música y el libreto en catalán y Font recurrió a elementos escenográficos utilizados en montajes de Comediants para dar dinamismo y fuerza visual a la producción, además de participar en el ‘work in progress’ de la obra junto al autor.

CERCA DEL MUSICAL

El resultado de esta alianza no ha podido ser mejor. Demestres, compositor de reconocida trayectoria con recientes óperas como ‘Wow!’, sobre Oscar Wilde, estrenada en Peralada, o ‘L’eclipsi’ en el TNC (Max al mejor espectáculo musical en el 2014), ha vuelto a demostrar su sensibilidad para, desde un planteamiento contemporáneo, crear sugerentes melodías adaptadas a la vocalidad de los cantantes. Y ha conseguido parir, partiendo de los personajes de ‘L’elisir d’amore’, una estimulante, pedagógica y atractiva partitura cercana al musical y muy apropiada para el público juvenil y familiar.

Ópera dentro de la ópera. El montaje presenta a unos jóvenes intérpretes durante los ensayos de la obra de Donizetti. Será su debut ante el público y viven una tensa y cómica evolución. Más que ópera bufa es rebufa. Y así los intérpretes llegan a mezclar sus sentimientos con los de los protagonistas de la obra en un juego que se ríe de la obsesión amorosa y, de paso, de las tramas de estas óperas. Máscaras de cabezudos, un pueblo de cartón, un vestuario de calle en blanco y negro y la pianista (Viviana Salisi /Françoise Ferrand) y el percusionista Borja Manzano presiden la escena.

Los cantantes exhiben energética implicación y buenas prestaciones vocales en las piezas individuales y de conjunto. No faltó la ovacionada ‘Una furtiva lágrima’. Serena Saenz y Neus Roig comparten el doble rol de Diana/Adina; María Casado y Jessica Luis González, los de Anna/Gianetta; Marc Sala es Romeo/Nemorino; Jorge Tello y Joan Garcia Gomà son Roc/ Belcore, y Joan Sebastià Colomer es Marc y el charlatán Dulcamara. Un buen reparto para esta imaginativa producción que, sin duda, acabará girando por Catalunya.