EXPOSICIÓN CONMEMORATIVA DE 20 AÑOS DE COLABORACIÓN

Un lujo de colección

El Guggenheim de Bilbao exhibe obras icónicas de los fondos de Nueva York

A la izquierda, 'La Espera', de Darío Villalba, en primer plano y 'In', de Roy Lichtenstein. A la derecha, la instalación 'Ciudad murallada' de Miquel Navarro.

A la izquierda, 'La Espera', de Darío Villalba, en primer plano y 'In', de Roy Lichtenstein. A la derecha, la instalación 'Ciudad murallada' de Miquel Navarro.

NATÀLIA FARRÉ / BILBAO

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El Museo Guggenheim de Bilbao celebra 20 años de colaboración con la Fundación Salomon R. Guggenheim de Nueva York -ayer firmó dos décadas más- con una monumental muestra que reúne nombres destacados del arte de los siglos XX y XXI, ahí están Pablo Picasso, Amadeo Modigliani, Vasily Kandinsky, Jackson Pollock y Mark Rothko; piezas icónicas de la creación más reciente, como Barcaza, de Robert Rauschenberg, y Nueve discursos sobre Cómodo, de Cy Twombly; e instalaciones cuya espectacularidad es indiscutible, lo certifican, entre otras, Mural nº 831, de Sol LeWitt, y Ciudad muralla, de Miquel Navarro, piezas, estas últimas, ejecutadas ex profeso para el museo con motivo de exposiciones anteriores y que ahora se han instalado de nuevo. Setenta firmas y más de un centenar de trabajos que explican la historia del arte desde 1908 hasta el 2013 a través de un recorrido cronológico que ocupa el centro entero.

Todas las obras reunidas provienen de los fondos de la fundación norteamericana y del museo vizcaíno, que está bajo el paraguas de esta. Una colección de 7.500 obras formada por la suma de legados que, desde 1937, año de su creación, han ido completando todos los discursos artísticos construidos durante los últimos cien años. De manera que la colección de la fundación es «muy fuerte en el arte de los siglos XX y XXI», explica Lucía Aguirre, comisaria de El arte de nuestro tiempo. Obras maestras de las colecciones Guggenheim, que así se llama la exposición.

La muestra, además de recorrer la historia del arte más reciente, cuenta, de forma paralela, la evolución de la colección norteamericana. Así, abriendo el recorrido se sitúan las salas dedicadas a la gran ruptura que se produjo con el arte tradicional en el XIX, que no solo explican el cubismo o la abstracción, sino que también dan cuenta de que el primer kandisnky que compró Salomon Guggenheim (Composición 8) fue por influencia de Hilla Rebay, cuya colección de arte no objetivo acabó formando parte de los fondos de la fundación; y que 110 de las obras de Paul Klee que le dan el título de una de las mejores sobre el artista suizo llegaron por la incorporación del legado del marchante Karl Nierendorf.

Intercambio

En cambio la propiedad de Jarra y copa de frutas, de Picasso, es fruto de un intercambio con el Moma (un kandisnky por un picasso). Mientras que el arte minimalista y conceptual que luce la fundación y la exposición -Robert Morris, Bruce Nauman y Lawrence Weiner- llegó con la compra de la colección Panza.

Muchas de estas piezas, como In, de Roy Lichtenstein, La espera, de Darío Villalba, no se han visto nunca en el edificio de Frank Gehry. Hay tiempo hasta el 25 de enero, para las más históricas; y hasta el 3 de mayo, para las más contemporáneas.