Luis Tosar: «Es urgente que los corruptos se pudran»

El actor gallego protagoniza 'El desconocido', 'thriller' de Dani de la Torre presentado en Venecia fuera de competición

El actor gallego Luis Tosar, que presentó ayer película en Venecia.

El actor gallego Luis Tosar, que presentó ayer película en Venecia.

NANDO SALVÀ / VENECIA

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Luis Tosar protagoniza el thriller El desconocido, del gallego Dani de la Torre, que encierra a un director de banco dentro de un coche lleno de explosivos para meditar sobre la corrupción financiera en nuestro país. Ayer se presentó en la Mostra fuera de competición.

-¿Qué le atrajo más de protagonizar El desconocido, sus secuencias de acción o su dimensión social?

-La posibilidad de meditar sobre la corrupción financiera fue el gancho. Aunque tampoco negaré que el reto de rodar una película entera dentro de un coche también me hacía mucha ilusión.

-¿Qué dificultades conlleva a nivel actoral?

-Al principio pensé que pasar tantas horas rodando dentro de un cubículo sería un infierno, y que mis recursos como actor se verían muy limitados ahí metido. Pero lo que parecía que iba a ser una desventaja se acabó convirtiendo en virtud, porque me permitió centrarme en lo esencial de la película. Nunca tuve la tentación de ponerme excesivamente creativo. A veces a los actores hay que atarnos en corto.

-Su personaje ha hecho cosas terribles, pero la película no lo considera un villano. ¿Cómo lo definiría usted?

-Mira, el sistema capitalista está elaborado de manera que todo el mundo puede encontrar una justificación, si quiere. Yo hablé con muchos directores de sucursales bancarias y todos conocen a compañeros que vendieron productos tóxicos incluso a sus amigos, y muchos encontraron formas para elaborar sus conciencias. Pero claro, en cuanto el tipo a quien le has arruinado la vida se enfrenta cara a cara contigo todas tus justificaciones se vienen abajo. En realidad, me sorprende que lo que pasa en la película no haya llegado a pasar en el mundo real. La gente es demasiado buena.

-Asimismo, es un hombre tan implicado en su trabajo que ha llegado a perder el rumbo. ¿Alguna vez le ha pasado lo mismo a usted?

-Sí. Hasta el último año, durante los tres anteriores sentí algo parecido. Entras en una dinámica de trabajo intensa y decides que tu vida es esa, y que lo demás siempre está. Pero llega un punto en el que te das cuenta de que esas otras cosas tienes que cuidarlas. No puedes obligar a los demás a que participen de tu objetivo profesional. Ojo, yo he tenido suerte porque he aprendido esas cosas sin que me pongan una bomba en el coche.

-¿Cree que la sociedad ha aprendido de errores recientes?

-Quiero ser optimista. Que en España el debate político esté en la calle como lo está es importante. La gente se ha dado cuenta de que puede tener la llave del futuro. Y en los últimos tiempos ha habido sorpresas gratas. Lo de Podemos en las europeas, por ejemplo, nadie se lo esperaba. Ahora bien, La política es muy cabrona, y muy sensible a la corrupción.

-Que a diario salgan nuevos casos de corrupción, ¿le ilusiona o le deprime?

-Al principio me hacía ilusión que la mierda saliese, ahora empieza a ponerme de mala hostia que no haya condenas ejemplares. Es urgente que los corruptos se pudran en la cárcel. Aquí los únicos que curran son los policías, y que no hay un juez que trabaje o al que le dejen trabajar. Es necesario que ocurra algo, y que ocurra ya. La sensación de impunidad puede llegar a desesperar a cualquiera.