EL FESTIVAL ACÚSTICA DE FIGUERES

Luis Eduardo Aute: "Hay un modelo político agotado"

Luis Eduardo Aute «Hay un modelo político agotado»_MEDIA_1

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JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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El autor de Al alba, Rosas en el mar, Sin tu latido y otros clásicos vuelve a Catalunya en el tramo final de las presentaciones de su disco El niño que miraba el mar. Esta noche le acoge el festival Acústica, de Figueres, localidad en la que actúa por primera vez (Teatre Municipal Jardí, 22.30 horas). Un recital enmarcado en el 75º aniversario de los bombardeos franquistas de la capital del Alt Empordà, en 1939, que contará con dos invitados, Cesk Freixas y Joanjo Bosk.

-Precisamente, su película de dibujos El niño y el basilisco, incluida en el DVD que adjuntaba su último disco, comenzaba evocando el bombardeo de Manila, en la segunda guerra mundial.

-Sí, un documental de 20 minutos que se verá en el Acústica. Por otra parte, confieso que apenas sé nada de los bombardeos de Figueres.

-¿Conviene, pues, sacar del olvido esos episodios de la guerra civil?

-Sí, han pasado los suficientes años como para que tengamos información fidedigna de lo que ocurrió. Ya sabemos cómo están tratando la ley de memoria histórica los poderes de la derecha. La gente debe saber.

-¿Cómo está percibiendo las nuevas tendencias sociales, políticas, en España, particularmente en la izquierda? ¿Tiene la impresión de que se trata de un cambio de fondo, que viene para quedarse?

-Creo que sí. Hay un modelo político agotado y están surgiendo nuevas fuerzas que tratan de cambiar el marco establecido. Podemos y otras más. Aparte hay un relevo generacional: esa gente tiene la edad de los que se presentaron al principio de la democracia, y les corresponde.

-¿Todo ello le invita a modular su mirada escéptica?

-Hombre, a la fuerza. Habrá que agarrarse a esos aires nuevos, porque instalarse en el pasado es terrible; es firmar el acta de defunción. Es estimulante ver que hay mucha demanda de cambio. Es positivo en relación a todo el escepticismo derrotista de los últimos tiempos.

-¿Está en contacto con Catalunya?

-Sí, aún tengo familia en Barcelona. Cada vez menos: de mi generación ya quedan pocos. Hay familia que ya ni conozco, los hijos de los hijos…

-Díganos, ¿habrá consulta el 9-N?

-Hum, pues soy yo quien le hace la pregunta: ¿cree que la habrá? (ríe) Algunos dicen que sí, otros que no… A mí me parece que una consulta en una situación como la de Catalunya es positiva, porque es democrático y necesario conocer el deseo de la ciudadanía. Ahora bien, la legalidad y la no legalidad, esa ya es otra cuestion, pero yo estoy de acuerdo en que se consulte a la gente.

 

-¿Le gustaría que el Gobierno español se pareciera más al británico?

-Sí, el ejemplo de Escocia y el Reino Unido es digno de tener en cuenta. Las cosas se van a desarrollar allí de una manera menos convulsa y más racional que aquí. Dicho esto, yo no soy nacionalista y tampoco me gustaría que Catalunya se separara, porque la siento como parte mía y las separaciones siempre son tristes y desgarradoras. Pero la consulta, sí.

-No se oyen muchas voces como la suya desde Madrid.

-No lo sé, a mí me preguntan y contesto. Quizá aquí las otras voces no se manifiestan porque tampoco les preguntan. No lo sé.

-Actúa a menudo en Latinoamérica. ¿Qué le aporta ese público?

-He ido a Ecuador, México, Costa Rica…, y en otoño iré a Argentina, Chile, Perú y Uruguay. Son países con una evidente ansia de cultura y llenos de vitalidad y energía. Si hay un futuro en este mundo está en América Latina, que es un continente grande con culturas milenarias, mestizas, y con un proyecto común, de unidad, con gente muy informada.

-¿Percibe allí a un público más joven que el de España?

-Sí, puede ser. Bastante más, diría. Un público intergeneracional y con gente muy joven, sí.

-¿Sigue esas escenas musicales?

-No mucho, y no porque no me interese sino por cuestión de tiempo. Según me hago mayor, el tiempo es una batalla constante. Cada vez tengo menos tiempo para hacer lo que querría. Hay una serie de obligaciones y siento nostalgia de cuando era más joven y tenía más tiempo para todo. No estoy muy en forma, no…

-Prioriza las cosas.

-Sí. A pesar mío. La vida es como es.

-En el campo artístico, ¿cuáles son esas prioridades? 

-Llevo casi un año metido en una película dibujada, avanzando a salto de mata, y con canciones nuevas que están bastante trabajadas. Y ya veremos què fem amb tot això.

-¿Un disco con DVD?

-Seguramente. No le puedo aclarar más no porque no quiera sino porque no lo sé. Ja veurem!

-No piensa dejar de hacer discos.

-Yo siempre pienso en dejar de hacerlos. Cada vez que hago un disco estoy convencidisimo de que será el último, que se acabó y no hay más. Luego pasa el tiempo y aparece una canción, o una historia... Pero prácticamente desde que empecé he pensado que cada disco sería el último.

-Tenía la sensación de que esto sería pasajero.

-Sí, la verdad. Y sigo pensando que es pasajero, que ya pasará…

-¿Porque le tirán también otras expresiones artísticas?

-Sí, estoy con esta película de dibujos, y pienso hacer una exposición  antológica, con toda mi obra. Y tengo terminada la sexta entrega de poemigas. Voy amontonando cosas...

-El mes que viene, Cohen publica disco y cumplirá 80 años.

-Cohen es esencialmente un poeta y escribir canciones fue un accidente en su vida. Luego ha vivido de esto y graba cuando tiene canciones.

 

-En El niño que miraba al mar había una mirada al pasado, a la infancia, y también respiraba cierto pesimismo existencial. ¿Siguen ese camino sus nuevas canciones?

-Pues están saliendo distintas. Ese disco y los dos anteriores, Intemperie A día de hoy, vistos ahora, forman una especie de trilogía vinculada a estos tiempos de crisis y de final de ciclo, con un escepticismo muy evidente. Y estas nuevas, no, son bastante distintas. Supongo que el disco saldrá el año que viene.