EXPERIMENTO CINEMATOGRÁFICO

Una carta de amor a Barcelona

Luis Aller busca el alma de la ciudad en 'Transeúntes', resultado de un trabajo de filmación y montaje de más de 20 años

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BEATRIZ MARTÍNEZ / MADRID

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Luis Aller no nació en Barcelona, pero siente que pertenece a la ciudad. Quizá por eso ha dedicado más de 20 años de su vida a componer una película que gira alrededor de la capital catalana. En 'Transeúntes', Aller ha intentado captar las pulsiones más íntimas de Barcelona a lo largo del tiempo. A través de una sinfonía de imágenes y de sonidos, nos adentramos en sus calles, en la problemática social de sus gentes, en el caos que lleva implícita toda gran urbe. Y encontramos historias de supervivencia, de soledad y de incomunicación en las que la mezcla de formatos y texturas se convierte en una manera de narrar el caos de nuestras vidas.

Ha sido un trabajo duro y costoso. Aller comenzó a filmar justo después de los Juegos Olímpicos del 92 y prácticamente ha terminado de rematar el proyecto hace unos meses. "Sabía que sería una experiencia de largo recorrido, pero no que duraría tanto tiempo", cuenta el director a EL PERIÓDICO. "Lo que tenía claro es que quería alejarme del modo tradicional de hacer películas en la actualidad y retrotraerme al sistema que utilizaban los cineastas en el periodo mudo. No escribir, rodar y montar, sino ir por partes, por bloques. El problema es que cada segmento nos conducía a otro lugar y se requería un tiempo para reflexionar las ideas. Al final, teníamos más de 7.000 cortes, y darle sentido a todo eso requería un enorme trabajo".

UN GRAN CALEIDOSCOPIO

'Transeúntes' mezcla diferentes formatos, técnicas y géneros. Es también un gran caleidoscopio de sonidos, de mensajes subliminales, de señales que nos llevan de un lugar a otro de nuestra realidad. Luis Aller aglutina todos estos elementos para configurar una inusual imbricación entre ficción y documental, a medio camino entre el cine ensayo y el relato poético urbano y el cine de lucha social. "La combinación entre ficción y documental está en la esencia de nuestra propia vida. A veces das un paseo y te dejas simplemente llevar por él, y en otras ocasiones, vives en primera persona un conflicto personal muy fuerte".

A lo largo de todo este tiempo transcurrido, lo curioso es que los problemas que se ponen de manifiesto siguen siendo los mismos que hace 20 años, por lo que 'Transeúntes' se convierte en un reflejo de nuestra más inmediata actualidad. "Cambiamos las modas externas, pero las esencias son las mismas y las experiencias de entonces y ahora son intercambiables. En los años 90 también hubo una fuerte crisis, violencia de género, guerras, discriminación social, y tanto los ciudadanos de entonces como los de ahora sienten las mismas cosas, se enamoran, desean o sufren".

GRAN BAGAJE TEÓRICO

Aller subraya que ha dedicado toda su vida al cine. Primero se dejó empapar por sesiones interminables en la Filmoteca para después dedicarse a la crítica cinematográfica y a la docencia mientras comenzaba sus primeros pasos dentro del campo del cortometraje y sacaba adelante la que hasta el momento había sido su única película, 'Barcelona, lament' (1991). Su bagaje teórico se ve perfectamente reflejado en 'Transeúntes', en la forma en la que descompone la realidad para pasarla por el filtro de su poderosa personalidad cinematográfica.

Es un experimento que termina convirtiéndose en una auténtica experiencia. Y también, una carta de amor a su querida ciudad de adopción. "Al final de la película hay un registro de muchas ciudades, y he intentado encontrar en todas ellas a Barcelona. He buscado en Barcelona algún elemento que me recordara a esas ciudades. Cualquier gran ciudad contiene a las otras, pero esta película no habría sido la misma si se hubiera rodado en otro sitio".