Los estrenos de cine de la semana

Lucy, la nueva heroína de Luc Besson

Scarlett Johansson interpreta a una joven con poderes físicos y mentales superdotados en este electrizante 'thriller' del director de 'Nikita' y 'El quinto elemento'

'BANDIDAS' (2006)

'BANDIDAS' (2006)

NANDO SALVÀ

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Luc Besson es un cineasta fiel a sí mismo. Lo ha sido desde que a principios de los 80 emergió en la escena francesa como punta de lanza del Cinéma du look, movimiento que privilegiaba el estilismo sobre la profundidad psicológica o narrativa, y cuyo objetivo esencial era proporcionar estímulos sensoriales. La mayor parte de su cine ha podido resumirse en explosiones de movimiento, color y cuerpos llenas de sensualidad y vacías, o casi, de significado. También le gustan, y mucho, las mujeres con pistolas.

Pongamos como ejemplo su última película, Lucy, que llega hoy a nuestros cines tras cosechar un gran éxito en Estados Unidos. Entre sus fotogramas incluye un viaje temporal a la América precolombina, una visita a la inminente destrucción de nuestro planeta, rinocerontes y cerdos que copulan, imágenes de volcanes y tifones y otras caóticas fuerzas de la naturaleza, y un viaje a través de las neuronas que habitan el cerebro de un señor coreano. Ofrece apuntes filosófico-científico-existenciales, y toma préstamos de 2001: una odisea del espacio (1968), Matrix (1999) y El árbol de la vida (2011). Y, aun así, no significa nada. Porque Besson tiene una capacidad única para reducir cualquier premisa, no importa cuán singular o distintiva, a un puñado de personas que se acuchillan y tirotean las unas a las otras.

En este caso, la más letal de ellas es obviamente Lucy (Scarlett Johansson), una joven obligada por un mafioso a transportar una bolsa llena de drogas experimentales introducida quirúrgicamente en su cuerpo. En un momento de su periplo recibe una paliza, y entonces la bolsa se rompe y la droga invade su cuerpo. Como consecuencia, la joven empieza a acceder a zonas desconocidas de su cerebro. Desarrolla una agilidad extrema y reflejos instantáneos; capacidad de controlar televisores y teléfonos móviles desde miles de kilómetros de distancia; inmunidad al dolor y al miedo; telepatía, telequinesis y clarividencia; y habilidad para teletransportarse a través del tiempo y el espacio. Al mismo tiempo, empieza a manejar las pistolas.

Es decir, Lucy da por buena esa falacia tan extendida según la cual los humanos, en estado normal (esto es, sin drogas de por medio), usamos solo el 10% de nuestro potencial cerebral. En otras palabras, es una película estúpida de veras, y desde el principio queda claro que está orgullosa de serlo, y de usar esa estupidez de forma increíblemente audaz. Besson, además, sabe que su público se conforma con ver a Scarlett convertida en heroína sobrenatural, avanzando a toda pastilla con camiseta blanca sobre sujetador negro y matando por doquier mientras escupe líneas de diálogo imposibles como «los componentes infinitos del núcleo de la célula están explotando dentro de mi cerebro».

TIPAS DURAS / Y lo sabe porque ha dedicado buena parte de su carrera como director y productor a contar historias de mujeres frágiles reconvertidas de tipas duras, seres obligados a afinar la puntería para sobrevivir en un mundo brutal. Esas féminas son para Besson lo que los nenúfares para Monet: algo que retratar una y otra vez en busca de distintas perspectivas.

Y todas esas perspectivas parecen converger en Lucy. Le mueve la vendetta igual que a la letal matona de Colombiana (2011) y la pequeña Mathilda de El profesional  (Léon) (1994), ambas empujadas a vengar la muerte de sus padres pistolón mediante; es tan dura y tiene el gatillo tan fácil como la asesina Nikita (1990), a la que Besson tanto de su éxito debe; y por último persigue un bien mayor, como esa pareja de Bandidas (2006) formada por Penélope Cruz y Salma Hayek para proteger el lejano oeste de una banda de pistoleros; Juana de Arco (1999), que blande su espada para liberar Francia; y la evanescente Leeloo de El quinto elemento (1997), que carga sobre sus hombros con el destino de todo el planeta. En suma, Lucy es la heroína bessoniana definitiva.