una historia real de los trabajadores del RAMO textil

La lucha obrera de los 80, en viñetas

Rubén del Rincón lleva al cómic la vida de su padre en 'Entretelas'

Rubén del Rincón dibuja a su padre mirando las ofertas de empleo.

Rubén del Rincón dibuja a su padre mirando las ofertas de empleo.

ANNA ABELLA / BARCELONA

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«La crisis está siendo general... en todos lados han reducido plantilla, y claro, no quieren a nadie. No nos espera nada bueno». Lo dice Agustín, padre de dos hijos y con otro en camino, tras quedar en paro porque los dueños de la fábrica de estampación de tejidos donde trabajaba han volado con el dinero. Pero esta historia no es contemporánea sino que ocurrió hace tres décadas, a principios de los 80. Y la recrea ahora en viñetas su hijo mayor, el dibujante Rubén del Rincón (Olesa de Montserrat, 1978), en la novela gráfica Entretelas (La Cúpula).

«La situación de entonces era clavada a la de ahora -opina el historietista-. Dicen que las crisis agudizan el ingenio y antes había más margen para buscar salidas. Hoy hay más marcaje y si alguien hiciera lo que mi padre y sus compañeros seguro que acababa en la cárcel o ante el juez». Acuciados por la falta de oportunidades, entre los trabajadores decidieron montar una cooperativa, la Fou, y reunir dinero para adquirir la fábrica en subasta, a la vez que intentaban subsistir (cobrar el paro era entonces un inacabable trámite burocrático). Sin embargo, sus formas de disuadir a probables pujadores y ladrones oportunistas resultaría hoy día poco ortodoxa.

SUPERACIÓN

«Quise contar cómo aquellos hombres construyeron algo a partir de nada», añade Del Rincón, quien junto a su hermano menor, Carlos, que ha coloreado el álbum, se convierten en dos personajes más de Entretelas, aunque ambos son ahí aún unos jovencitos. Ellos, con sus anécdotas y recuerdos, sus juegos y travesuras, dotan de nostalgia e inocencia infantil una historia de superación colectiva y épica laboral, con escenas divertidas y entrañables, y dramáticas y angustiosas. «Supimos de la historia no por mi padre, que no es de contar batallitas, sino por los otros trabajadores, que le contaron cosas a mi hermano un verano que trabajó en la cooperativa. Luego él sí nos habló de ello y decidí recrear los recuerdos de todos», explica.

Hace poco más de un año, la cooperativa, que llevaba un tiempo amenazada con la suspensión de pagos, fue comprada por una empresa textil, que aseguró los puestos de trabajo. Hoy, de los que iniciaron la Fou solo siguen en ella dos trabajadores, uno de ellos su padre.

Del Rincón, hasta ahora centrado en el cómic de género -acción, aventuras, ciencia ficción, erótico...-, tanto en España como en Francia, donde trabaja con Jean-David Morvan en la serie Los tres Mosqueteros, gracias a Entretelas ha descubierto encantado, en el reciente Salón del Cómic de Barcelona, un nuevo perfil de lector interesado por la novela gráfica más realista y/o costumbrista. «Si antes firmaba a varones de entre 30 y 40 años, ahora ha venido un perfil de mujer adulta que compraba el libro porque le llamaba la atención el tema. En el mundo del cómic tenemos la manía de crear guetos dentro del gueto, que si eres de manga, de cómic americano, europeo... Hay público para todo y todo es cómic».

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