Llegan a Barcelona las imágenes de Duane Michals, renovador de la fotografía

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Curioso, siempre con un proyecto entre las manos, el octogenario norteamericano Duane Michals, considerado como uno de los grandes renovadores del lenguaje fotográfico, ha presentado hoy en la sede de la Fundación Mapfre de Barcelona la mayor retrospectiva que se ha hecho en la ciudad sobre su obra.

El hombre que dice fotografiar sus pensamientos, junto a la comisaria Enrica Viganò, y el director de Cultura de la Fundación Mapfre, Pablo Jiménez Burillo, ha mostrado las más de 270 fotografías que se podrán ver hasta el 10 de septiembre en la Sala Garriga i Nogués, desde las que hizo en 1958 en un viaje a Rusia, hasta sus últimos proyectos, unos cortometrajes en formato vídeo.

Michals, nacido en Pensilvania y estudiante de arte en la Universidad de Denver y diseño en Nueva York, empezó como aficionado a la fotografía en ese viaje por la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, pero sus instantáneas, en blanco y negro, pronto obtuvieron éxito e inició una carrera en la que ha explorado nuevos territorios en este ámbito, introduciendo la técnica de la secuencia para contar historias imaginadas.

Durante su comparecencia, ha indicado que para él "la vida es una gran pregunta" para la que todavía no ha encontrado una respuesta y ha agregado: "las fotografías son preguntas, me interesan las emociones que esconden, me gusta lo que hay detrás, lo desconocido, el misterio".

Para Enrica Viganò, en los años sesenta del siglo pasado Michals inició una "revolución muy importante", especialmente porque desde un buen principio defendió que lo fundamental de una imagen "era lo que no se veía" al argumentar que "las cosas más importantes son las que ocurren dentro de nosotros, las que son invisibles".

Muy influenciado por la pintura de Balthus, Magritte y De Chirico, la exposición se inicia, precisamente, con sus imágenes de Rusia y también con otras referentes a estos autores con los que su mente "se ha abierto".

Otras imágenes suyas son sobre un Nueva York vacío y también las denominadas secuencias, que Viganò recuerda fueron consideradas como "un escándalo cuando las empezó a finales de los años sesenta, porque venía a decir que no era verdad que una fotografía fuera suficiente por sí misma".

Michals ha reconocido que poder hacer estas series fotográficas, de las que en la exposición hay varios ejemplos, "fue un proceso muy liberador" que le permitió deshacerse del "silencio de las fotos".

"Todo nace -ha aseverado- del problema de la expresión, porque una foto lo que nos enseña es la apariencia de las cosas, pero a mi lo que me interesa es el diálogo interior".

Eso le llevó también a incluir largos textos bajo sus fotos, pudiéndose leer en uno de ellos: "fotografiar la realidad es fotografiar nada".

Otros capítulos destacados de esta retrospectiva son los dedicados a sus preocupaciones filosóficas, con imágenes con largos textos manuscritos que indagan en cuestiones fundamentales de la existencia, o el centrado en el arte contemporáneo, con grandes imágenes a todo color sobre "cómo la fotografía perdió su virginidad camino del banco".

Los trabajos comerciales o las fotografías pintadas de un artista "siempre muy generoso", según Viganò, también tienen su lugar en la Fundación Mapfre.