Ideas

Llavina y el poema largo

JORDI
PUNTÍ

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He aquí una pregunta estrafalaria: ¿cuántos versos debe tener un poema para ser considerado un «poema largo»? La respuesta no es fácil. Sucede lo mismo que con la narrativa, donde la frontera entre el «cuento largo» y la «novela breve» también es borrosa.

Todos estamos de acuerdo, por ejemplo, en que elPoema inacabat deGabriel Ferrater es un poema largo (¡1.334 versos!). Quizá deberíamos considerar largos esos poemas que requieren una lectura episódica, es decir, que son difíciles de leer de una sola vez. La tarea del lector es doble, en estos casos, pues a la relectura minuciosa del poema -volver a cada verso para afinar su sentido- se añade la comprensión del conjunto, por escenas, con la narrativa que las une. Basta pensar en laOdiseadeHomero.

Es un reto, el del poema largo, que me atrae como lector. Aparte de las canciones épicas y las novelas en verso medievales, elNabí deJosep Carnerconsta entre los primeros que leí. Poco después me enmarañé enLa tierra baldía, deT.S. Eliot. También me fascinaron elDon JuandeLord Byron(aunque no sé si llegué a terminarlo) y su nieto travieso: la maravillosaCarta a Lord Byron, deW.H. Auden. Este censo tiene que ser breve por cuestión de espacio, y seguro que me dejo a alguien, pero también debe salir Fugitius, deSalvador Oliva, los libros deEnric Casasses -comoLa cosa aquella-- yJosep Pedrals--como el recienteEl romanço d'Anna Tirant.

El último poema largo que se une con ganas a esta tradición esVetlla, de Jordi Llavina(Edicions 3i4). A partir de un libro de poesía reencontrado, regalo de un antiguo amor, el poeta revive la compleja relación con la chica. Al mismo tiempo traza un retrato de una época que es también un estado de ánimo: los años 80 en un pueblo de comarcas.

Vetllaes una reflexión íntima sobre la ausencia, sobre la ilusiones que la vida nos va escatimando, pero también con recursos más propios de la narración: diálogos, personajes secundarios, descripciones, parodias y autoparodias, ficción dentro de la ficción… Literatura de la buena, en fin.