Libros de playa y tumbona

Ruedas hinchadas o tarjeta de embarque impresa, bañador y crema solar en la maleta... y visita a la librería. Según los libreros, a pesar de la competencia de las pantallas, desde el tiempo que se va con las redes sociales a la lectura pirata, las vacaciones aún empiezan poniendo un libro en la maleta para leer en la tumbona. O por lo menos, con la santa intención de hacerlo. Aunque nada de euforia, que otra cosa son las cifras. Descontados libros de texto y cuadernos de verano, en estas fechas las compras de libro son solo ligerísimamente superiores a la media del año. En la gráfica anual del mercado, si Navidad aparece como una etapa alpina con tres puertos de montaña seguidos, y Sant Jordi como un categoría especial, julio sería una tachuelita, un puerto de segunda y gracias. Y es que la estadística rompe algunos esquemas, como la supuesta recuperación del mercado: en lo que va de año, las ventas han bajado un 3% respecto al año anterior. Quizá una cosa sea leer y otra, comprar...

QUÉ SE LEE Y QUÉ LEER / A la pregunta de cuál es el libro del verano, la respuesta este año no tiene color. La chica del tren gana por goleada a todos sus competidores, y solo la aparición de la cuarta sombra de Grey ha conseguido plantarle cara. Sea por el esfuerzo promocional de Planeta, sea porque algo tiene el libro, en el que una mujer alcoholizada cree descubrir un asesinato desde la ventanilla del tren de cercanías, que lo haya situado en el número uno tanto en EEUU como en Gran Bretaña. Lo cierto es que en la segunda semana de julio, justo antes del lanzamiento de Grey, el libro de Paula Hawkins vendió 13.600 ejemplares en solo siete días según Nielsen, con la edición en castellano en el número uno y la edición en catalán en el número tres: esa semana se vendieron más ejemplares de La noia del tren (3.125) que de cualquier otro libro en castellano en toda España con la única excepción de los 3.529 de La templanza de María Dueñas.

Pero para huir del monocultivo, hemos pedido a seis libreros que aconsejen, como hacen con los lectores que están pasando estos días por sus establecimientos, un puñado de lecturas. Desde el hit del verano al libro del que el comprador no habrá oído hablar, desde la lectura más fácil y piscinera al clásico que está esperando a que las hojas en blanco en la agenda permitan enfrentarse a él sin prisas.