ideas

Un libro para el verano

ÓSCAR López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ocurre cada año. A la que la canícula hace estragos el personal busca desesperadamente su libro para el verano. Algunos hace tiempo que lo tienen reservado, pero la mayoría necesita asesoría para no equivocarse ante tan importante decisión. Los que nos dedicamos a esto tenemos siempre en cartera tres o cuatro títulos porque para gustos, colores. Lo normal sería que si hoy me preguntaran por algún libro que podrían leer, yo les diera varios. Y lo lógico es que fueran novelas policiacas de tipo nórdico, por aquello de que hay que estrujar el filón hasta lo indecible, aunque también entraría algúnbest-seller, de calidad, eso sí, de entre 700 y mil páginas para que dure todo el mes.

Sin embargo, este año he decidido saldar cuentas y les animaría a hacer lo mismo. Ha llegado la hora de que apruebe alguna de esas asignaturas literarias pendientes que arrastro desde hace años con sentimiento de culpa. Así que voy a vérmelas con algunos de esos clásicos, que ¡Oh, maldito pecador! aún no he leído. En algunos casos porque escogí un mal momento y, en otros, porque entonces me parecieron un peñazo. Y les sugiero que hagan lo mismo porque el clásico es el gran desconocido. Ya sé que cuando a alguien se le pregunta cuáles son sus libros preferidos, muchos responden sin rubor queGuerra y paz,Mientras agonizo,La montaña mágica,Cien años de soledad, y hastaEn busca del tiempo perdido, cuando ni saben que consta de siete volúmenes. No les pidan que les hagan un resumen del argumento ya que los pondrían en un aprieto. Pero como yo he disfrutado como un loco con los devaneos de Fabrizio del Dongo junto al lago de Como, con las aventuras marítimas del ballenero Ahab, las sentimentales del Valmont de Choderlos de Laclos, las militares del suboficial Giovanni Drogo en la fortaleza Bastiani, o las sureñas de Tom Sawyer, entre otros, he decidido vérmelas de nuevo con Leopold Bloom y con el doctor Zhivago. Sí, lo confieso, no he leído la obra deJoyceni la deBoris Pasternak,pero sí leí en su díaPor qué hay que leer a los clásicos,deItalo Calvino,de quien siempre llevo grabada en mis meninges su máxima, que es mi lema: «La única razón que se puede aducir es que leer a los clásicos es mejor que no leer a los clásicos».