RECONOCIMIENTO aL CREADOR DEL DETECTIVE MARIO CONDE

El Princesa de Asturias premia la libertad de Padura

El escritor ha reflejado en su obra la realidad y el desencanto cubanos

Leonardo Padura, durante su visita a Madrid, en el 2013.

Leonardo Padura, durante su visita a Madrid, en el 2013.

ANNA ABELLA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Además de «motivo de orgullo y satisfacción», para Leonardo Padura (La Habana, 1955) recibir el Príncesa de Asturias de las Letras por el conjunto de su obra, que según ha valorado el jurado es una «soberbia aventura del diálogo y la libertad», va más allá de la literatura. «Es una generosísima lectura de mis libros, en los que he tratado de presentar la vida cubana y sus conflictos, frustraciones y esperanzas, los sueños y las pérdidas, de una manera lo más sincera y visceral posible porque he nacido y vivido siempre en Cuba y he participado de la realidad cubana y de sus problemas y gratificaciones», explica por teléfono desde su casa en La Habana el escritor, aún «conmocionado» por el anuncio y feliz de que «este premio tremendo» reconozca «tantos años de esfuerzo, de trabajo solitario, de sacrificio, de dudas que le asaltan a uno en el proceso de creación, que puede resultar dramático y complicado».

TEMPERAMENTO ÉTICO

Autor «arraigado en su tradición y decididamente contemporáneo; un indagador de lo culto y lo popular; un intelectual independiente, de firme temperamento ético», según el jurado, Padura, con nacionalidad española desde 2011, ha publicado su obra en Cuba pese a su crítica al régimen castristra y el reflejo del desencanto de su generación con la Revolución y ha sido traducido a 20 lenguas, siempre respaldado por Tusquets, su editorial española.

Guionista, periodista, crítico literario, ensayista, pero sobre todo novelista, creó la premiada serie policiaca -Pasado perfecto, Adiós, Hemingway, La neblina del ayer, La cola de la serpiente...- protagonizada por el detective Mario Conde (cuando le puso ese nombre no pensó que llegaría a publicar en España y ahora el navarro Félix Viscarret rueda en Cuba el proyecto cinematográfico y televisivo producido por Nadcon -Millennium, El guardián invisible...-, con Jorge Perugorría en el papel de Conde). «A través de su mirada y su sensibilidad he percibido la realidad cubana. Es un personaje algo peligroso e inquieto. Cuando me acerco a él siempre me propone hacer cosas». La última, revela, es el octavo título de la serie, con un tema que le traerá a Catalunya a visitar las iglesias románicas: «El motivo que desencadena la historia es la desaparición de una virgen negra que llegó a Cuba por una vía muy rocambolesca tras la guerra civil».

Las suyas son miradas al pasado que no solo refleja su serie negra. «Desde la ficción -apunta el jurado del Príncesa de Asturias- Padura muestra los desafíos y los límites en la búsqueda de la verdad. Una impecable exploración de la historia y sus modos de contarla». Así lo demuestran títulos como La novela de mi vida La novela de mi vida(sobre el poeta cubano José María Heredia, llevada al cine por Laurent Cantet como Viaje a Ítaca) y los premiados El hombre que amaba a los perros El hombre que amaba a los perros(reconstrucción de las vidas de Trotsky y su asesino, Ramón Mercader, traducida a diez idiomas y derechos vendidos al cine) y Herejes Herejes(sobre el S.S. Saint Louis, un barco con judíos huidos de Alemania, que en 1939 llegó a Cuba pero fue rechazado).

DESHIELO CON EEUU

Padura, que siempre se ha mostrado a favor de un acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, espera que ahora que se ha producido «revierta en mejorar la vida de los cubanos, que en los últimos años han vivido muchas carencias. Entre vivir en tensión y enfrentamiento o vivir en diálogo y cordialidad es preferible lo segundo -opina-. Puede que las relaciones entre ambos nunca sean normales del todo pero que no haya tensión es una gran ganancia». El inicio del deshielo se anunció el 17 de diciembre del 2014. Por ello, cuenta, su próxima novela acabará un día antes, porque «la literatura necesita tiempo de reflexión y una mínima distancia con la realidad histórica que se vive».