MÚSICA

Las raras ideas de 'Big Eril'

El Petit de Cal Eril lleva sus canciones a un territorio experimental en su colaboración con la David Mengual Free Spirits Big, que ambas formaciones muestran el viernes en Apolo

El Petit de Cal Eril (izquierda) y David Mengual, ayer en Barcelona.

El Petit de Cal Eril (izquierda) y David Mengual, ayer en Barcelona.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Joan Pons, El Petit de Cal Eril, cierra los ojos y se imagina su colaboración con la David Mengual Free Spirits Big Band en términos plásticos. «Yo la veo como si abriera ventanas a las canciones. Entran y salen corrientes. Ese mi manera gráfica de explicarlo. Y en algunos momentos del concierto, dejamos las ventanas abiertas y todo el mundo sale», explica el cantante y guitarrista de Guissona respecto a Big Eril, el concierto que, tras su estreno en septiembre en el festival Altaveu, de Sant Boi, se presenta el viernes en Apolo (21.00 horas).

Estamos antes un encuentro de imaginarios musicales, la canción con ancestros folk, abierta a la psicodelia y la abstracción, de El Petit de Cal Eril, y la exploración con sustrato de jazz y música improvisada de David Mengual. Un encuentro que surgió de una ocurrencia de Dani Comas, bajista de El Petit, tras acudir a un concierto de la Free Spirits Big Band. «Pensé '¡qué idea más rara, o sea, qué buena!'», recuerda Joan Pons. Dicho y hecho, ambas partes se pusieron en marcha buscando la manera de dar un nueva forma al repertorio de El Petit de Cal Eril, en concreto a piezas de sus dos últimos discos, Vol i dol y La figura del buit«Teníamos claro que no queríamos orquestar sus canciones, ampliar lo que él hace, sino participar de ellas sin renunciar a nuestras identidades. Ese era el reto», señala David Mengual, para quien el repertorio seleccionado permitía esa operación porque «es suficientemente abierto, con espacio».¿Hay jazz en Big Eril«Si lo entendemos como mprovisación, sí lo hay, pero como lenguaje no tanto. Nuestra formación se asocia a jazz, pero no necesariamente hacemos jazz; estamos abiertos a todo», explica el compositor y contrabajista, mientras Joan Pons remata la argumentación a su libre, enigmática, manera. «Aquí hay un grupo que no hace jazz y que toca pop, y un grupo que hace pop sin hacer jazz». Sea como sea, hablamos de canciones en las que «el núcleo, el punto de partida, es la letra», si bien es difícil precisar una intención narrativa conceptual. Se trata de piezas que aluden a la vida y la muerte, la materia, cierta mística... «Sí, todas mis canciones hablan de lo mismo», sentencia Pons, que, poco amigo de explicarse sobre sus textos, a lo máximo que llega es a estimar que «el mensaje no se pierde en el espectáculo». Su inocencia vocal adquiere, si cabe, una mayor fragilidad en ese contexto instrumental tan frondoso. «Mi madre me dijo que nunca había escuchado mi voz tan acolchada». 

Tiempo de diálogos

Las asociaciones de músicos de procedencias dispares están de moda: Sanjosex y Chicuelo, La Troba Kung-Fú con la Banda de Alaquàs, La Iaia con la Cobla Bisbal Jove... ¿Qué está pasando? «Pues si hubiese pensado que eso ahora se hace tanto, no lo hubiera hecho», suelta Pons, si bien concede que «la curiosidad, en el arte, siempre es bonita». Para Mengual, las colaboraciones están bien «siempre que sea con naturalidad, no porque se le ocurra a un productor». El contrabajista ha lanzado el tercer disco de su big band, Vertebrats, ocupación que alterna con el cuarteto Slow. ¿Y Pons, tiene nuevas canciones? «Ni una. El nuevo disco de El Petit de Cal Eril no es que esté verde, sino que está blanco, ¡es el white album!».