ESTRENO DE CINE

'La tortuga roja', una obra de arte animada

El holandés Michaël Dudok de Wit escribió y dirigió para Studio Ghibli esta fantasía mítica premiada en Cannes

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

'La tortuga roja' es la primera coproducción internacional de Studio Ghibli, el célebre estudio de animación japonés que Hayao Miyazaki cofundó en 1985. La mayor parte de la película se hizo en Francia, en el estudio Prima Linea de Angulema, a los mandos de un holandés, Michaël Dudok de Wit. Cuando hace diez años recibió una carta de Ghibli, Dudok de Wit creyó ser víctima de una broma cruel: "Fue una sorpresa, eso desde luego", nos explica. "Me preguntaban si quería escribir y dirigir un largo para ellos. Les dije que mi interés era extremo y enseguida empecé a escribir". Once años y un premio del jurado en Cannes (sección Un certain regard) después, el resultado ha llegado a nuestras salas. Nada más bello en la cartelera.

En Ghibli habían quedado conmovidos por 'Father and daughter', el corto que valió un Oscar a Dudok de Wit en el 2001. "Isao Takahata –cofundador del estudio con Miyazaki y director de 'El cuento de la princesa Kaguya'– me dijo que le gustaba cómo aquel corto describía una verdad esencial sobre la vida". La añoranza por el ser querido, nos decía aquella bellísima historia, no desaparece con el tiempo ni depende de la edad.

Acreditado como 'productor artístico', Takahata ejerció de intermediario entre Ghibli y Dudok De Wit. "Durante los años de desarrollo, o, en otras palabras, los cinco años que tardé en escribir el guion y dibujar el 'animatic' [una primera versión simplificada del filme], fui a menudo a Tokio para informar a los productores del progreso y discutir detalles. Hice muchas preguntas a Takahata sobre la historia; más de las que él esperaba. Dio mucho 'feedback' importante sobre los símbolos, las emociones y el flujo narrativo".

OTRA HISTORIA SIN PALABRAS

Como el corto que hizo llorar en Ghibli, 'La tortuga roja' prescinde del diálogo y se apoya en el poder de la animaciónprescinde del diálogo y se apoya en el poder de la animación para expresar un rico caudal emocional. Es una fantasía mítica sobre un náufrago cuyo único obstáculo para escapar de una isla remota es el reptil del título. Bueno, es eso en principio, pero es mucho más, sin dejar de ser minimalista durante todo el metraje. "Puedes encontrar paciencia y quietud en muchas películas de imagen real. En animación es raro, creo. Las películas animadas tienden a ser muy activas y habladas", señala el director.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"http:\/\/www.cineyear.com\/wp-content\/uploads\/2017\/01\/latortugaroja-cineyear1.jpg","author":null,"footer":"Un fotograma de 'La tortuga roja', de Micha\u00ebl Dudok de Wit."}}

Dudok de Wit tomó gran inspiración del arte tradicional japonés y chino, "porque explora la belleza de la simplicidad, el poder del espacio vacío", pero en el filme queda claro también el influjo del tebeo europeo. El diseño de personajes recuerda a maestros de la 'ligne claire' como Hergé ("supongo que sobre todo por los ojos, simples puntos negros"), Edgar P. Jacobs e Yves Chaland. Otro dibujante que fascina a Dudok de Wit no es belga ni francés, sino catalán: "En 1979, en Barcelona, descubrí las ilustraciones de Joan Junceda y busqué libros con sus ilustraciones en muchas librerías".

LA AVENTURA CATALANA

{"zeta-legacy-image-left":{"imageSrc":"http:\/\/affif-sitepublic-media-prod.s3-website-eu-west-1.amazonaws.com\/film_director\/0001\/02\/thumb_1578_film_director_384x485.jpeg","author":null,"footer":"El director Micha\u00ebl Dudok de Wit."}}

Tras estudiar animación en el Surrey Institute de Farnham (sur de Inglaterra), nuestro entrevistado pasó un año en Barcelona. Escribió a un pequeño estudio, Pegbar Productions, y consiguió trabajo como animador de un telefilme basado en el primer volumen de 'Las crónicas de Narnia'. Luego trabajó dos meses en el estudio Equip de Jordi Amorós (alias Ja) y Victor Luna. "Me encantaban la ciudad y el ambiente que tenía", recuerda, "pero apenas tenía trabajo y ganaba muy poco dinero. Después de un año me mudé a Londres, donde he vivido desde entonces".

Una vez instalado allí trabajó en proyectos como la película de culto 'Heavy metal' (1981), basada en diversos seriales de la revista de cómics homónima: "Hice algo de animación en el segmento de Richard Corben. No disfruté del proyecto, pero quería aprender rápido y tener ingresos". A principios de los 90, Dudok de Wit combinaba el trabajo por encargo con cortos propios como 'Tom Sweep' y 'The monk and the fish' (nominado al Oscar), a los que siguió en la década siguiente 'Father and daughter'.

Si no llega a ser por la irrechazable oferta de Ghibli, quizá nunca habríamos visto un largo suyo. Él se sentía cómodo, realizado, en la forma breve. "Los cortos pueden ser todo lo artísticos, todo lo individuales, que uno quiera. Pueden ser realmente satisfactorios para un artista. Comparando la animación con la literatura, podríamos decir que los largos son como novelas y los cortos como poemas".