Kurt Vile, en la cima de su juego

El rocker de Filadelfia exhibió grácil virtuosismo y carisma natural en la presentación de su nuevo disco en Apolo

Kurt Ville, en la sala Apolo, el domingo.

Kurt Ville, en la sala Apolo, el domingo. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE

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Según Kurt Vile, su último disco ('b’lieve i’m goin down…') es de "bajón", pero en él se ha animado a hacer de todo, desde sus clásicos temas con 'fingerpicking' hasta algún otro con banjo, pasando por, una novedad, temas con piano. Los resultados: siempre brillantes. Vile llegaba así al Apolo, la noche del domingo, en la cima de su juego, confirmado como artista capaz de reverdecer el rock clásico de los 70 (y el indie rock de los 90) gracias a un talento sin límites.

Sus principales armas son su guitarra serpenteante y una voz arrastrada que rebosa carisma natural. También, por supuesto, sus particulares Crazy Horse, The Violators, con un Rob Laakso que el domingo se lució disponiendo notas en el piano eléctrico.

MÁS INTELIGIBLE

El arranque, sin tonterías, fue 'Pretty pimpin', el 'hit' casi pop inaugural también de 'b’lieve i’m goin down…', y durante la primera parte del concierto repasaron este último repertorio y en el orden del disco: el tema con banjo 'I’m an outlaw', 'Dust bunnies', 'That’s life, tho (almost hate to say)', una maravilla bajo el influjo del blues del desierto de Tinariwen como 'Wheelhouse'… En estas primeras canciones ya queda claro que la voz de Vile, sin acabar de elevarse, ha dejado de ser en directo el murmullo de hace unos años para ganar inteligibilidad.

El rocker de Filadelfia se quedó solo con su acústica para un par de canciones, esa 'Dead alive' de letra encantadora ("Me estás diciendo que un buen hombre es difícil de encontrar / Bueno, ¿es que estás ciega?") e 'In my time', de su disco de consolidación popular 'Smoke ring for my halo' (2011).      

FINAL ENÉRGICO

A la vuelta de The Violators, el concierto encaró su tramo más enérgico con temas como 'KV crimes', 'Jesus fever' y un extático 'Freak train' con saxo desatado de Jesse Trbovich; más de uno se acordó de sus útiles tapones para los oídos, bien guardados en un cajón en casa. Para el bis quedaron 'Hunchback' y la muy querida, con motivo, 'Baby’sarms'.

 A falta de la magnífica Waxahatchee, que canceló su gira con Vile por temas de salud, bien estuvieron Lushes como teloneros: rock experimental llevado por impulsos e instintos primitivos.

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