Phil Wilson: "Durante muchos años no quise saber nada del 'indie pop'"

Phil Wilson es el cantante, guitarrista y compositor de The June Brides, grupo pionero del 'indie pop' inglés al que bastaron poco más de tres años (de 1983 a 1986) para publicar cinco singles y un miniálbum, salir de gira con los Smiths, pelearse con tres sellos discográficos y cambiar un puñado de vidas. Tras un largo silencio de dos décadas en las que Wilson trabajó al servicio de Su Majestad como funcionario del Departamento del Tesoro (y en las que descubrió, gracias a internet, la profunda huella que su banda había dejado en un montón de grupos de pop independiente de todo el mundo), The June Brides volvieron a la vida. El sábado 7 de mayo estarán en el Teatre de CCCB protagonizando el fin de fiesta de la quinta edición del festival Primera Persona. "Aunque haya escritores, espero que la gente baile", se ríe el cantante.  

¿Qué te hizo decidirte a montar un grupo y tocar música pop mientras estudiabas Historia en la London School of Economics?

¡En realidad lo que decidí fue dejar de estudiar para tocar música pop! Estaba en tercer año de carrera y me sentía deprimido: la universidad había sido una decepción y no se me ocurría ni una sola cosa que una licenciatura en Historia pudiera hacer por mi vida, así que decidí probar con la música de manera más o menos seria.

Habías estado en bandas antes…

Sí, había tocado en grupos de punk cuando era más joven, pero no era nada serio. Después empecé a escribir canciones y a hacer algo así como música concreta por mi cuenta. Mis influencias iban desde los Buzzcocks a Throbbing Gristle, y, bueno, ¡lo que salía era un ruido bastante horrible! Así que pensé que sería mejor centrarme en hacer canciones pop y conseguir una banda de verdad para tocarlas. Y ahí nacieron los June Brides.

Un grupo de pop con trompeta y viola. Algo bastante inusual, incluso en aquellos años de alineaciones extrañas y peinados imposibles.

La cuestión es que conocíamos a una gente que tocaban la viola y la trompeta. A mí me gustaba experimentar con la música, así que me resultó atractiva la idea de probar estos instrumentos y ver si con ellos podíamos hacer algo más interesante que una banda de pop al uso. Y sí, nos permitía aportar más colores al sonido, así que seguimos adelante.

¿Cuáles son tus recuerdos preferidos de esos primeros años con los June Brides?

Creo que los conciertos con los que más disfruté fueron los primeros que hicimos. Antes de tener ningún tipo de popularidad tocábamos casi con cualquiera. Compartimos escenario con bandas de punk como The Mob, con grupos raros de música electrónica, con bandas de blues psicodélico… Y a mí me estimulaba un montón tocar para un público que no sabía qué esperar de nosotros, y tratar de ganárnoslo a base de pasión y entusiasmo. Era genial cuando eso funcionaba.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":null,"position":null,"text":"\"Siento una conexi\u00f3n especial con bandas que, como nosotros, nunca lograron dar el salto: The Go-Betweens, The Loft, The Jasmine Minks, Biff Bang Pow...\""}}¿A qué grupos de aquella época os sentíais más próximos?

Todavía hoy siento una conexión especial con bandas de aquellos años que, como nosotros, nunca lograron dar el salto. The Go-Betweens, The Loft, The Jasmine Minks, Biff Bang Pow… Grupos con grandes canciones que no tuvieron la suerte necesaria para ser realmente populares.

La primera encarnación de los June Brides existió solo entre 1983 y 1986. ¿Por qué decidiste finiquitar el grupo?

Porque creía que no íbamos a ninguna parte. De algún modo, todos los planes, los objetivos que me había marcado para el grupo, parecían inalcanzables. Nuestro último single, 'This town', había vendido incluso menos que los anteriores. No le veía sentido a seguir. Intenté hacer algo por mi cuenta, pero enseguida vi que ese camino tampoco me iba a llevar muy lejos.   

Durante 20 años estuviste alejado del negocio musical. ¿Qué relación tuviste en ese tiempo con la música? ¿Escribías canciones? ¿Ibas a conciertos?

Seguía amando la música, por supuesto, ¡pero no la clase de música que yo me había dedicado a tocar! No quise saber nada del mundo del 'indie pop' durante muchos años. Eso hizo que me perdiera a un montón de buenos grupos, porque en ese tiempo no podía soportar tener algo que ver con esa escena. Seguí escuchando otros tipos de música, pero dejé por completo de escribir o tocar canciones.

Al dejar de seguir a esa escena, ¿te pasó también desapercibido que grupos relevantes del 'indie pop' empezaron a reivindicar a los June Brides como una influencia determinante?

¡Eso fue una gran sorpresa! De hecho no tuve conciencia de ello hasta que me conecté a internet, hará como unos 12 años, y de repente vi que había grupos de todo el mundo que aseguraban haber sido influidos por mi banda; una banda que, hasta entonces, yo creía completamente olvidada. Fue una gran alegría para mí, uno de esos momentos que dan sentido a una vida. Descubrir que finalmente quizá no habíamos fracasado de todo…

{"zeta-legacy-phrase":{"name":null,"position":null,"text":"\"Dej\u00e9 de componer canciones. No pod\u00eda soportar la idea de trabajar duro en algo que despu\u00e9s iba a desaparecer sin que nadie lo escuchara\""}}Antes has comentado que durante ese largo retiro dejaste de componer. Cuando en el 2007 decidiste hacer música de nuevo, ¿tuviste que volver a empezar de cero? ¿No tenías canciones guardadas que te permitieran conectar con el pasado y orientar tus pasos?

Componer canciones siempre me ha parecido un ejercicio muy difícil. Al menos lo es para mí, porque tengo que trabajar mucho con las palabras para sentirme realmente satisfecho. Odio que haya demasiados lugares comunes en las letras (aunque unos pocos no me molestan). Y, además, si escribo algo, quiero que la gente lo oiga. En consecuencia, cuando dejé de publicar discos en 1987, dejé de escribir canciones. No podía soportar la idea de trabajar duro en algo que después iba a desaparecer sin que nadie lo escuchara. Así que en esos 20 años no hubo canciones. Y sí, cuando empecé a tocar música de nuevo, tuve que volver a aprender el arte de componer, y dediqué bastante tiempo a tocar versiones de canciones de otra gente para estudiar su estructura, cómo estaban hechas. No fue fácil.

¿Dirías que ahora sientes la misma pasión que en los años 80?

En cierto sentido, sí. Es fantástico volver a tocar de nuevo. Pero, claro, las circunstancias son diferentes…

¿Cuál es la principal diferencia entre tocar con los June Brides en 1983 y hacerlo ahora?

Lo mejor de todo es que ahora sabemos con seguridad que no hay ninguna otra razón para hacer esto más que el placer de hacerlo: no vamos a ganar un montón de dinero, no vamos a hacernos famosos, no vamos a salir en televisión… ¡Ni siquiera vamos a hacer que nuestros padres se sientan orgullosos! Simplemente tocamos por el placer de tocar. Y de conocer gente y, si es posible, hacerlos un poco más felices.

Vuestro primer, y hasta ahora único, concierto en España fue en el 2012, en el Popfest de Madrid. ¿Qué recuerdas de aquello?

Sí, ese fue nuestro primer concierto en España. El Popfest es un gran festival, organizado por fans entusiastas del pop independiente, y en Madrid pasamos unos días estupendos. De hecho, lo pasamos tan bien que me emborraché demasiado y me dejé olvidado el pasaporte en un taxi a la salida del concierto. ¡Qué idiota!

¿Qué esperáis de vuestra actuación en un festival como el Primera Persona, que mezcla literatura y música pop?

Será un poco extraño tocar después de oír hablar a unos escritores. Pero estoy deseando que llegue el momento. Las palabras son una parte muy importante de lo que significa este grupo, así que espero que la gente tenga ganas de escuchar lo que decimos. ¡Aunque también espero que bailen!

John Cooper Clarke estará allí. ¿Lo conoces?

Admiro mucho lo que hace, pero nunca he coincidido con él. ¡Ese hombre es un genio!

¿Cuáles son tus escritores favoritos?

Joseph Conrad, Philip K. Dick, Charles Dickens, JG Ballard… Esos son los autores que amo por encima de todo.

¿Y cuál es el evento literario más memorable al que has asistido?

Fue en el club Heaven de Charing Cross, en 1981, creo. William Burroughs leía extractos de algunos de sus libros. Hasta que lo oí a él contando esas historias no caí en la cuenta de que en realidad podían resultar muy divertidas.