Julianne Moore: «La madurez es algo bello»

Entrevista con la reciente ganadora del Oscar a la mejor actriz, que este viernes estrena la sátira del mundo de Hollywood 'Maps to the stars', de David Cronenberg

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Maps to the stars'.

Tráiler de 'Maps to the stars'. / periodico

PAZ MATA
TORONTO

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Con 30 años de carrera a sus espaldas, Julianne Moore (Fort Bragg, Carolina del Norte, 1960) ha demostrado una extraordinaria capacidad para hacer memorable cualquier papel que encarne, desde la actriz porno de 'Boogie nights' a la profesora de lengua diagnosticada de alzhéimer en 'Siempre Alice'Ahora, Moore nos presenta otro sustancioso personaje en 'Maps to the stars'el de Havana Segrand, una actriz de Hollywood venida a menos, aunque todavía conserva su pedigrí, acosada por el fantasma de su madre y por su propia ruina artística y moral.

Una interpretación sublime, la de Moore, que invita a ver este incómodo drama familiar infectado de sátira sobre el mundo de Hollywood, dirigido por David Cronenberg, y que, según Moore, no dista tanto de esa otra que le valió el Oscar hace dos semanas. «Ambos personajes se enfrentan a circunstancias que escapan a su propio control», comenta la actriz en nuestro encuentro con ella en el pasado festival de cine de Toronto. 'Maps to the stars' llega este viernes a nuestros cines.

-¿Qué le inspiró a la hora de interpretar a Havana Segrand?

-He tenido la suerte de contar con un gran director como David Cronenberg y un guión con un lenguaje bellísimo, casi poético, escrito por Bruce Wagner. Creo que la yuxtaposición de la inteligencia y el rigor artístico de David y la emoción que hay en el lenguaje de Bruce son los que me inspiraron a la hora de construir el personaje.

-¿Cómo explica que acabe uno por sentir empatía por alguien tan odioso como ella?

-Porque Havana lo único que busca en la vida es llegar a ser tan famosa como su madre. Lo que quiere es una madre. Dentro de esta mujer tan desagradable hay mucha humanidad; es una tirana, pero al tiempo es muy infantil. Havana es como cualquiera de nosotros cuando tenemos un mal día. Todo el mundo, en el fondo, quiere conectar con los demás y ser reconocido. Havana busca el reconocimiento de su madre y, a falta de ello, busca el de los demás. No trato de justificarla, pero creo que ella es una manifestación de ese genuino deseo de conectar que tenemos todos.

-¿Se identifica con ella en algo?

-Creo que todos los actores nos podemos sentir identificados en ese deseo de conectar con el público y también en lo devastador que es que te rechacen para un papel. Después de 30 años de carrera, todavía me afecta cuando mi agente me llama y me dice «lo siento, pero se han decidido por otra actriz, no te preocupes, ya saldrán más cosas...». Eso es algo que te deja completamente hundida (risas).

-'Maps to the stars' es el plano que compran los turistas cuando llegan a Los Ángeles y quieren saber dónde viven los famosos. ¿Lo hizo usted la primera vez que visitó la ciudad?

-La primera vez que visité Los Ángeles fui con mi hermana y sí recuerdo haber paseado por el bulevar de Hollywood para ver las estrellas en las aceras. Alquilamos un coche y recorrimos Beverly Hills, pero no para ver ninguna casa en particular. Para mí fue un poco como estar en 'Superdetective en Hollywood', la película de Eddie Murphy.

-El filme habla de la soledad y el aislamiento que viven sus personajes, algo que le ocurre a muchos actores, sobre todo en Hollywood. ¿Cómo lo evita usted?

-Me encanta mi trabajo, sí. Me gusta encontrar buenas historias que contar, historias que nos hagan reflexionar o cuenten cómo somos los seres humanos, pero todo eso no deja de ser trabajo. Mi vida es mi familia, mi esposo y mis hijos, nuestra casa y nuestro perro. Lo que más quiero es que sean felices, que les vaya bien en los estudios, que tengan buenos amigos. Mi marido está trabajando y todo eso hace que mis cimientos sean solidos. Pero como decía Freud, para estar equilibrado uno necesita un trabajo que le motive y alguien a quien amar.

casi famosa. ¿Que es peor, los que fueron o los que tratan desesperadamente ser famosos?

-Hollywood está lleno de gente que fue famosa y gente

-Lo peor es encontrarte sin trabajo y esos dos grupos de actores tienen eso en común. Como he dicho antes, es devastador para un actor toparse con que un papel se le ha escapado de las manos por razones que no puede controlar.

-Pero no me imagino a un actriz de su talla temiéndole al paro…

-Pues créame, ha habido muchos precedentes de actores que estaban en primera línea y de repente no les ves más y te preguntas qué ha pasado con ellos. La gente piensa que los actores, cuando alcanzan un cierto nivel, ya lo controlan todo y no es así. Es la ley de la oferta y la demanda. Si no hay demanda para una actriz como yo, me quedo sin trabajo, por mucho que yo me empeñe en controlarlo. La vida de nuestro trabajo es corta. Terminas una película y vuelves a estar en el paro hasta que surge otra oferta. Los actores necesitamos el contacto con el público, necesitamos su reconocimiento a nuestro trabajo, necesitamos seguir ejercitando ese músculo, y si no lo hacemos, el musculo va desapareciendo. Por eso es importante tener algo a lo que agarrarte cuando no tienes trabajo y ese algo, en mi caso, es la familia.

-En Hollywood, las actrices, cuando llegan a cierta edad, lo tienen aún más difícil. ¿Cómo lleva usted esa percepción que tiene la sociedad de la mujer madura?

-Es interesante, sobre todo en Estados Unidos, que cuando uno se refiere a la madurez de la mujer lo hace como si con la madurez se perdiera todo. Se habla con tono peyorativo de cómo frenar el envejecimiento o de cómo envejecer sin perder la belleza. Sin embargo no conozco a ninguna mujer que diga: «me gustaría volver a los 21 años». Para mí, ir envejeciendo significa ir acumulando experiencias. Jamás me imaginé que tener un hijo de 16 años y una hija de 12 fuera tan maravilloso. Hay que ver la madurez como algo bello, y creo que las mujeres que no lo ven así es porque sienten que no han podido llevar a cabo algo importante en la vida. Es verdad que el envejecimiento nos hace pensar más en la muerte, pero eso es algo sobre lo que no tenemos ningún control, nos llegará a todos tarde o temprano. Hay que pensar en lo que nos queda por delante y vivirlo con optimismo.