Jóvenes sin intermediarios

El galés Joe Dunthorne (Swansea, 1982) es el autor deSubmarino(Suma de Letras), y el inglés Ben Brooks, (Gloucestershire 1992), el deCrezco(Blackie Books), traducida al catalán en la editorial Empúries comoFes-te gran.Dos primeras obras que ahora llegan a España y con las que ambos han despuntado en el panorama de la nueva narrativa británica. Apenas salidos de las aulas, esta pareja de escritores representa a la generación que ha crecido con internet y las redes sociales. Los suyos son relatos frescos y ligeros sobre los adolescentes de hoy, consumidores de drogas y alcohol, obsesionados por el sexo muchas veces inalcanzable, protegidos por familias al borde de la quiebra y con un terapeuta de guardia para sacarles a flote, si es necesario. Unas criaturas inteligentes, que pueden ser al mismo tiempo crueles y compasivas, y observan lo que les rodea con un bastante sarcasmo.

'SUBMARINO'

Retrato tragicómico de un quinceañero

Oliver Tote tiene 15 años y entre sus fuentes de educación y conocimiento del alma humana se cuentan losshowsmatinales de televisión, donde las parejas infieles se someten al detector de mentiras y se sacan la piel a tiras. En la escuela no puede resistir la tentación de unirse al grupo de colegas abusones y hundir en el fango a la gorda de la clase. Luego tiene mala conciencia y por eso le escribe a la chica un manual de autoayuda para que evite en el futuro lo ir de víctima. En casa lleva un control exhaustivo de la frecuencia, duración e intensidad de las relaciones sexuales de sus padres.

Como hijo único, una de sus grandes preocupaciones es evitar que el matrimonio de sus progenitores, que ya está bastante tocado del ala, termine yéndose a pique definitivamente. Su otra meta es perder la virginidad ante de cumplir los 16, la edad legal para estrenar condones.

Con mucho humor y una riqueza de lenguaje apreciable, Joe Dunthorne describió desde sus 25 años enSubmarino(publicada en inglés en el 2008, cuando el autor tenía 26 años) la mezcla de ingenuidad, confusión, empecinamiento y maldad, que circula por la mente de Oliver.

«El lector puede hartarse del mal rollo del personaje en un capítulo y decidir que no quiere saber nada más de él y descubrir en el capítulo siguiente su lado generoso y más atractivo», comenta Dunthorne, durante la entrevista que tiene lugar en suoficina,un viejo vagón del metro de Londres, subido en una azotea del barrio de Shoreditch.

El protagonista relata en primera persona lo que hace y piensa, con una vena cómica que es uno de los enganches de la narración. «Puede que sea en cierto modo una sátira de la familia de hoy, pero es en todo caso una sátira cariñosa, sin cinismo ni resentimiento», afirma Dunthorne.

Lo que comenzó siendo un cuento, terminó convirtiéndose en una novela, muy bien acogida cuando se publicó en el Reino Unido y de la que se ha hecho una adaptación cinematográfica. La crítica la ha comparado conEl guardián entre el centenode J.D. Salinger y conEl libro de Rachel, de Martin Amis.

«Vivimos en una época analítica, bombardeados por los libros de autoayuda, los programas de televisión en los que la gente anda contando sus intimidades y las revistas obsesionadas con la imagen, diciéndote cómo perder estómago en seis semanas y qué ponerte», lamenta este autor tan prometedor.

'CREZCO'

«Jasper se parece mucho a mí»

Ben Brooks posee un estilo bastante menos pulido que Dunthorne, pero también es cierto que escribióCrezcocuando tenía 17 años, y de eso hace sólo dos. «Era mi cuarta novela, pero la primera que me publicaron en papel. Las otras salieron en internet», explica durante una conversación en un pub de Trafalgar Square.

Su personaje, Jasper, lleva un diario en el que anota las búsquedas de porno gratis en la red, las fiestas que monta con los amigos, las sospechas de que el marido de su madre es un asesino y su particular manera de velar por su amiga Tenaya.

«Jasper se parece mucho a mí y el resto de los personajes también están inspirados en mis amigos», afirma este chico timidísimo, que se esconde detrás de un gran flequillo. ¿Son entonces verdad las cosas que cuenta?

«Sí, la mayoría sí», responde. «Lo único inventado es lo del asesino del marido de mi madre».