Joost de Vries se echa unas risas gracias a Hitler

El joven autor holandés publica 'La república', una novela satírica que alerta sobre el neofascimo

El escritor holandés Joost de Vries.

El escritor holandés Joost de Vries. / periodico

ELENA HEVIA / BARCELONA

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¿Qué tienen en común 'Juego de tronos', 'Star wars', la mejor novela de Don DeLillo, 'Ruido de fondo', los más rocambolescos estudiosos académicos sobre Adolph Hitler, y el político neofascista neerlandés Geert Wilders? Pues que todos caben en 'La república' (Anagrama, también en catalán) segunda novela y divertida farsa escrita por el joven autor holandés Joost de Vries (Alkmaar, 1983). En la obra se filtra, con brochazo grotesco y conclusiones sutiles, una cierta alerta frente al ascenso europeo de los fascismos. Y, desde luego, De Vries, periodista e historiador, estaba muy lejos de imaginar en 2013, cuando se publicó en su país, la llegada de Trump y el impacto del Brexit. Leida hoy, la novela supone una inquietante premonición.

El conflicto con el que inicia el libro es la muerte (por causas no esclarecidas) de un prestigioso profesor de estudios hitlerianos (que recuerda a Slavoj Zizek) y de cómo el protagonista, un joven profesor, y su rival se disputan el privilegio de convertirse en su heredero. “Yo quería hablar de la pérdida porque poco antes había muerto mi padre, pero no contemplo hacerlo en primera persona, porque no me gusta la autoficción.Luego relacioné mi experiencia con la acusación de plagio de la escritora francesa Camille Laurens a Marie Darrieussecq. Ambas escribieron sendos libros sobre la pérdida de un hijo pero solo la primera pasó por ese trance. Lauren argumentó que Darrieuseq le había robado su duelo y que por lo tanto aquello era un plagio emocional. Eso, que puede parecer absurdo, es lo que le ocurre a mi protagonista”. 

CHISTES SOBRE EL FÜHRER

En ese origen está también la lectura de ‘Ruido de fondo’, protagonizado por un profesor de estudios hitlerianos. “En esa novela no se detallan, así que decidí darle contenido a esos estudios y además imaginar qué tipo de chistes y falacias manejarían esos historiadores. Partí de algo real y lo llevé al terreno absurdo, por ejemplo, de utilizar las dimensiones del bigote del Führer como objeto de estudio”. De todas formas, por muy ridícula que fuera lo imaginado en su novela, el autor tuvo noticias gracias a su página de Facebook de muchas investigaciones reales e igualmente risibles, pagadas por el contribuyente.

La banalización de la figura de Hitler, convertirlo en un icono pop, gracias a películas como 'Malditos bastardos' o novelas como 'Ha vuelto', es una tendencia que al autor le interesa especialmente. “En mi país esa concepción ridícula convive con el 4 de mayo, una fiesta nacional casi sagrada en la que se celebra el fin de la segunda guerra mundial”. Paralelamente, De Vries constata el auge de una fuerte politización de la historia, convertida en un arma arrojadiza. “Recientemente, Wilders escribió un artículo en el que resaltaba la autodenominada vertiente socialista de Hitler para cargar contra el Partido Socialista holandés”.

TERGIVERSACIÓN HISTÓRICA

Pese a haber retrocedido en las últimas elecciones, la ultraderecha holandesa tiene en los Paises Bajos unas raíces que han quedado ocultas frente a la opinión pública por el característico progresismo del país. “En los 60, los holandeses nos creíamos de verdad que habíamos participado ‘todos’ en la resistencia, pero un influyente estudio del historiador Loe de Jong, que dio pie a una serie televisiva, les informó de que un alto porcentaje de ciudadanos habían delatado a sus vecinos judíos. Ese fue un punto de inflexión para nuestra sociedad”.