AUTOBIOGRAFÍAS EN DIRECTO

El punk británico en Primera Persona

El periodista Jon Savage, autor del mejor libro sobre el fenómeno, visita el festival del CCCB a pocos días del 40 aniversario del 'God save the Queen' de los Sex Pistols

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Si se le pregunta al gran periodista musical británico Jon Savage dónde estaba cuando escuchó 'God save the Queen' por primera vez, su contestación desarma: "Bueno, yo estaba en el barco", dice. Se refiere, claro, al barco 'Queen Elizabeth' en el que, el 7 de junio de 1977, los Sex Pistols tocaron la citada canción en el curso de un viaje Támesis arriba en señal de protesta por los fastos del Jubileo de Plata de Isabel II.

Aquel fue uno de los más sonados ardides publicitarios ingeniados por Malcolm McLaren, mánager del grupo y figura clave en la explosión punk, pero también fue una importante muestra de resistencia a la "ridícula nostalgia imperial" (palabras de Savage) que reinaba por entonces. Y también en este momento. "El Jubileo representó los mismos valores que hoy se hallan detrás del Brexit", asegura el escritor. "Y los Sex Pistols fueron la única resistencia organizada".

¿Cuándo fue la última vez que una canción se consideró realmente peligrosa? En su momento, 'God save the Queen' fue excluida de las listas de reproducción de BBC Radio 1 y de las estanterías de cadenas como Woolworth’s y WH Smith. Dos frases en particular hacían daño al 'establishment': la referencia al reinado de Isabel II como "régimen fascista" y aquel famoso "no hay futuro en el sueño de Inglaterra".

UNA HISTORIA EJEMPLAR

Precisamente 'England’s Dreaming' (el sueño de Inglaterra) es el título del libro que Savage publicó en 1991 sobre el movimiento punk, los Sex Pistols y los agitados finales de los años 70 ingleses. Coincidiendo con el 40 aniversario de la publicación de 'God save the Queen', Mondadori acaba de recuperarlo en una nueva edición en tapa dura color rosa eléctrico con los añadidos de la reedición del 2005: una introducción sobre la influencia del punk 30 años después, una historia de la reunión de los Sex Pistols en 1996 y una discografía puesta al día.

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Con este tomo imponente bajo el brazo visitará Savage, el próximo sábado, día 13, el festival Primera Persona, las jornadas de "autobiografía en directo" que acoge el CCCB desde hace seis años (y La Casa Encendida de Madrid desde hace dos). La criatura de los escritores y agitadores culturales Kiko Amat y Miqui Otero defiende el arte nacido de la vivencia personal a través de conciertos, monólogos, lecturas, charlas y encuentros protagonizados por nombres apegados al yo.

Savage dice no tener "ni idea" del argumento para la charla ("tengo tanto trabajo ahora mismo…", comenta). Una posibilidad sería un relato pormenorizado y en primera persona de todo lo que sucedió en el barco de los Pistols aquel día de junio de 1977, incluyendo ese triste clímax de violencia que acabó con McLaren aporreado por la policía. Se decida por lo que se decida, Savage no aburrirá: su lengua es veloz y te convence de lo que quiere.

CONTRA LA AUTORIDAD (Y CIERTO POP)

La sabiduría popular suele insinuar que el punk surgió a causa de los excesos del rock sinfónico. Savage tiene otra opinión: la culpa fue del pop. ¿Cómo dice, perdón? "El punk sucedió por una gran variedad de motivos -explica-, pero a nivel musical es consecuencia de una época funesta para la música pop. Suelo poner tres 'singles' de 1976 como ejemplo: 'Fernando' de ABBA; 'Save your kisses for me', de Brotherhood Of Man [ganadora del festival de Eurovisión de aquel año], y 'Don’t go breaking my heart', de Elton John con Kiki Dee".

"Había una generación de músicos que había nacido a mediados de los 50, y por tanto creció con la gran música pop de los 60, David Bowie, el glam-rock… Y en su madurez se encontraban con esta clase de despropósitos. No había nada. Solo algo de música soul".

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Pero pasemos a la perspectiva en primera persona. Encontrar el punk cambió la vida de Savage, un joven gay en un paisaje social de homofobia, estigma y discriminación. "Me permitió ser la persona que quería ser", afirma. En esa música rápida aparecía destilada y sublimada la rabia contra la conformidad. Dos experiencias hicieron temblar el mundo personal de nuestro entrevistado: escuchar el primer álbum de los Ramones ("ahora puede sonar lento, pero entonces era lo más rápido nunca escuchado") y ver a The Clash en directo en el Fulham Town Hall en 1976: "Eso fue un gran impacto, igual que ver a los Sex Pistols algo después. The Clash eran comprensibles, de un modo u otro. Los Pistols, en cambio, eran algo diferente y nuevo. Y bastante perturbador".

Sobre el debate en torno a los orígenes del movimiento, si la cuna es Nueva York o Londres, Savage tiene una respuesta salomónica. "El punk fue una idea internacional que sucedió en diferentes países al mismo tiempo. Y eso es algo fabuloso. A mí me gustan tanto el punk estadounidense como el británico. Los Ramones influyeron un montón en nuestro punk, aunque haya gente que no lo quiera ver. Hicieron que todos los grupos pusieran el turbo".

¿Cuánto queda de aquella explosión más de cuatro décadas después? ¿Qué grupos diría Savage que portan la llama de esa rebelión contra una autoridad caduca? Una búsqueda en Google de 'canciones contra el Brexit' produce pocos resultados. "La música ya no es el gran centro de la cultura juvenil -apunta-. Todo está muy fragmentado. De todos modos, no soy de los que piensan que algo positivo del Brexit es la posibilidad de que genere gran arte. Lo único bueno que podría hacer el Brexit es acabarse".