John Rutter agita el Palau

Un chute de jubilosa energía sacudió la noche del jueves la ‘casa dels cants’. La presencia del compositor británico John Rutter (Londres, 1945) para dirigir sus propias obras al frente del Cor de Noies y el Cor Jove del Orfeó Català y la Orquestra Camera Musicae será recordada como una de las más estimulantes citas corales recientes.

Al final de la sesión, un público cautivado por el ecléctico y alegre estilo del autor y la vibrante interpretación de los ‘cantaires’ y músicos batió durante varios minutos acompasadas palmas para unirse a la celebración que los artistas habían vivido sobre el escenario. La brillante arpista Catrin Finch y la soprano Elin Manahan Thomas elevaron con su participación el nivel de la velada.

Rutter, uno de los más reconocidos autores del mundo coral contemporáneo, demostró su carisma como director y su dominio del repertorio elegido. El músico supo contagiar con la expansiva vitalidad de su música a unos intérpretes felices de ser transmisores de tan personales como alegres composiciones. La primera fue ‘Look at the world’, escrita para conmemorar el 70 aniversario del Consejo para la Protección de la Inglaterra Rural.

La fuerza de este himno de defensa del medio ambiente, interpretado en catalán, emocionó a una sala entregada. “Mira el món, mira el que t’envolta/ mira el món i admira’t del que veus. / Mira el món, tanta bellesa i joia/ i tants miracles trobareu arreu”. Pero el encanto de estas melodías no impidió que la interpretación de la ‘Suite lyrique’ brillara con luz propia. Compuesta para cuerda y arpa, permitió el lucimiento de la citada Finch, prodigiosa con un instrumento explotado en sus capacidades máximas pero bien arropada por la cuerda orquestal.

Espléndida fue su versión del ‘Magnificat’, inspirada en las fiestas en honor de la Virgen que se celebran en países como España, México y Puerto Rico, que es una explosión de alabanza, alegría y confianza en Dios. Llena de color y contrastes pero también de equilibrio entre voces y orquesta, con intervención de la soprano como María, fue acogida con entusiasmo. Una preciosa propina, con una plegaria del autor interpretadas por arpista y cantante, redondeó una gran velada.