Joan Baptista Humet, siete años sin su voz 'Clara'

Humet quiso que se le fotografiara en su casa, sin ocultar lo delgado y deteriorado que estaba.

Humet quiso que se le fotografiara en su casa, sin ocultar lo delgado y deteriorado que estaba. / PEPE ENCINAS

NÚRIA MARTORELL /BARCELONA

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Hoy se cumplen siete años de la partida de Joan Baptista Humet. El compositor de estilo apasionado, lírico y realista, quiso revelar a EL PERIÓDICO que le habían diagnosticado un cáncer terminal, en noviembre del 2008. Murió ese mismo mes. Tenía 58 años. El autor de piezas como 'Clara', y de joyas menos conocidas como 'Hay que vivir', repasó su trayectoria personal y profesional rodeado de los suyos. Y habló con asombrosa serenidad y lucidez de la enfermedad que padecía. Siempre supo acercar sus vivencias cotidianas como algo universal. Esta entrevista fue toda una lección magistral sobre cómo darle sentido a la vida. Aquí la recuperamos. 

Joan Baptista Humet ha decidido hacer pública su enfermedad. "Hay que burlar ese futuro / que empieza a hacerse muro en ti", canta en 'Hay que vivir' Humet, un compositor con un universo emocional propio, inconfundible, en el que refleja los sentimientos de toda una generación de personas en busca de sí mismas. El músico se enfrenta al último tramo de su vida con este mismo espíritu animoso que le caracteriza. Él mismo se ofrece a ser entrevistado en su casa, mientras su madre, Rosariosu mujer, Pierangelasu hija con el mismo nombre (de 14 años) y el pequeño Adrià, de 4, entran y salen del salón.

"La vida es ir dejando semillas en los demás. La verdadera maestría del ser humano es algo tan sencillo como crear pequeñas historias de amor"

La morfina y los corticoides han conseguido paliar su dolor. "Me gusta refugiarme en una frase que sigo el pie de la letra: cuando el cielo quiere bien a alguien, le hace sufrir. Te hace fuerte y permite poner en positivo estas situaciones –explica con voz pausada–. La vida es ir dejando semillas en los demás. La verdadera maestría del ser humano es algo tan sencillo como crear pequeñas historias de amor, tal y como dice mi maestro Domenico".

El artista, de 58 años, nacido en Navarrés (Valencia) y criado en Terrassa, publicó su último disco en el 2004 y lo tituló 'Solo bajé a comprar tabaco' –una irónica manera de justificar sus 18 años de ausencia de los escenarios–. Su antigua discográfica había sido absorbida y la nueva le propuso "la absurda maniobra" de grabar con un productor flamenco. Pidió la carta de libertad.

Curiosamente, empezó a cantar con 18 años (en 1968) y estuvo cantando durante 18 años hasta 1986. Y cuando decidió volver, fue con su propio sello. Su último recital lo dio en Valladolid hace tres años. "Lo pasé fatal, tenía perforado el tímpano [había empezado su deterioro]. Canté totalmente sordo, y la prensa al día siguiente publicó: "Humet se ha dejado la voz en la adolescencia".

ROMPEDOR

En la pared principal de su casa está colgado el Disco de Oro que logró con 'Clara', la drogadicta que "no tuvo suerte al elegir la puerta de salida". "Es curioso que esta canción que marcó mi corta trayectoria, que ocupó tanto espacio que ensombreció mi repertorio, no figure entre las más votadas por mis fans". ¿Y cuál lidera la lista? "'Que no soy yo', de 1975, y tiene lógica. 'Clara' salió cuando no se podía hablar de la droga, pero esta es más rompedora, es la reflexión de un joven que empieza a plantearse cosas y te transporta a un mundo de indefinición permanente". ¿Y esa otra maravilla en catalán, 'Gemma' [dedicada a su hermana paralítica]? "Esa sí figura".

–¿Qué le ha impulsado a explicar su situación?

–Nadie me ha impulsado. Simplemente, antes no quería que lo supiera mi madre; la he tenido engañada año y medio. Le quería evitar un sufrimiento extra y como me puse con la quimio y la radio, y luego me operaron en noviembre del año pasado, pensé que sería cerrar y adiós muy buenas, que ya tendría tiempo de explicárselo. Pero rebrotó el tema, empecé a adelgazar excesivamente y ni iba a su casa para que no me viera. En febrero de este año decidí casarme. Entonces solo había adelgazado 20 kilos [ahora ha perdido 40].

–"Sí, pensé que se había puesto guapísimo", intercede su madre, con los ojos llorosos.

–Y cuando la precaria salud de 'Gemma' se complicó, tuve que decírselo. Después de tres años de diálisis, decidieron operarla y necesitaban un donante que acabó siendo mi hermano Esteve. Mi madre tenía a los dos ingresados, solo faltaba que le contara lo mío. Mi hermana falleció en octubre, a los 49 años. Fue el remate de todo el drama.

"Cuando logras vivir de forma positiva, todo tiene un sentido... trascendente"

Humet explica que Rosario vive ahora con ellos. "Así sale del escenario que le recuerda a su hija y comprueba cómo en casa vivimos mi enfermedad en un clima muy natural. Quiero que sienta que el cielo nos quiere bien, que Gemma se habrá librado allí de sus limitaciones, y que si a veces nos emocionamos, es por amor. Aún ha de llegar el día en que me deprima por el cáncer. Hasta hago planes de futuro. Ahora entiendo cómo compañeros de habitación del hospital ya desahuciados también lo hacían. Sabían que morirían, pero vivían felices hasta el final. Cuando logras vivir de forma positiva, todo tiene un sentido... trascendente".

El cantante subraya que "tener un baño tan fuerte de cariño de la gente, de la familia, hace que te centres en lo esencial de tus valores. Analizar a través de los síntomas tu cuerpo, sentimientos y emociones es un buen ejercicio de introspección. Prefiero morirme así que de accidente".

SUFRIMIENTO AFECTIVO Y FÍSICO

Humet nunca ha sido un artista al uso. "Sabía que no moriría con las botas puestas, porque no soy un monstruo del escenario ni quise que la música me comiera. Cuanto más te identificas con algo, más puedes sufrir este vínculo. Además, llegué a estudiar tres años de Arquitectura. Pero luego pasé de intentar hacer algo tan sólido y terrestre como casas a algo tan etéreo como canciones. Cuando uno opta por la libertad, opta por la inseguridad permanente. Y a los 36 años decidí dejar la música

y montar una empresa de márketing telefónico, y fue cuando el sufrimiento y nervios que padecía en la parte afectiva, el diafragma, pasaron a la duradera, el estómago".

"En casa nos hicieron a todos muy autónomos, muy nobles y, si me apuras, amorosos. El mejor patrimonio que uno puede recibir"

INCULCAR VALORES

"Mi madre me decía, ‘tanto buscar, hijo mío y ¿no lo has encontrado ya?’ Está orgullosa de mí, y yo le digo que es ella quien me inculcó los valores. En casa nos hicieron a todos muy autónomos, muy nobles y, si me apuras, amorosos. El mejor patrimonio que uno puede recibir".

–Si tuviera que hacer ahora una canción, ¿de que trataría?

–Sería de balance. Me gustaría reflejar el complicado momento que paso. Siempre recelo de los libros en plan ‘el cáncer y yo’, este tipo de autoayuda me da vértigo, aunque luego sirvan de mucho. Ah, y si Dios me diera tiempo, le escribiría una letra a mi pequeño Adrià. Y mi hijo Esteve de mi anterior matrimonio [tiene cuatro hijos] se queja de que no le he compuesto ninguna. Pierangela, que no le suelta la mano a su abuela, dice que a ella le dedicó 'Dentro de nada'Lo único que me pregunto es si donde vaya habrá música. Seguro que sí", suspira Humet.

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