Escritora

Jean Marie Auel : «Todos tenemos algo de neandertal»

Treinta años después de 'El clan del oso cavernario' su autora publica el sexto y último título de la serie 'Los hijos de la tierra'

«Todos tenemos algo de neandertal»_MEDIA_1

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ANNA ABELLA
LONDRES ENVIADA ESPECIAL

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Hace 30.000 años, en plena era glacial en lo que hoy es Europa, cromañones y neandertales coexistían entre mamuts, rinocerontes lanudos, leopardos de las nieves y leones cavernarios. Allí alumbró en 1980 Jean M. Auel a su protagonista, Ayla, una niña cromañón criada por neandertales, según algunas teorías menos evolucionados, y dio forma aEl clan del oso cavernario, novela que estrenaba una serie publicada en 50 países, con 45 millones de ejemplares vendidos, tres de ellos en España y Latinoamérica, y de cuya versión cinematográfica, de 1986, solo le gustó Daryl Hannah. La autora, miembro de Mensa, organización de superdotados con un alto coeficiente intelectual, presentó el sábado en Londres el último título,La tierra de las cuevas pintadas, que el próximo 29 de marzo se lanzará en todo el mundo y que Maeva, que reedita toda la serie, publica en castellano, catalán ee-book.

-¿Cómo describiría el mundo prehistórico que usted ha creado?

-Es la historia de una joven que murió en el alba del hombre moderno en Europa, la historia de gente como nosotros en tiempos muy primitivos, de cómo vivían, cómo interactuaban, cómo sobrevivían. Y la idea de que había otro tipo de ser humano totalmente diferente pero con la misma inteligencia. El otro. Es igual de fascinante hoy. ¿Cómo respondería el mundo si descubriéramos ahora otro pueblo humano e inteligente pero diferente?

-¿Eran tan iguales a nosotros en cuanto a sentimientos?

-La única diferencia, según los científicos con los que he hablado, es que el hombre moderno, el cromañón, no es ni más ni menos que nosotros pero en otra época y otra cultura. Su psicología e inteligencia eran como las nuestras y por tanto sus reacciones también, es como si habláramos de nuestrostatatatarabuelos.

-El cruce entre cromañones y neandertales que plantea en la ficción divide a los científicos.

-Hace 30 años, cuando escribí el primer libro, al neandertal se le llamabahomo sapiens neandertalensis. Luego cambió la teoría y le quitaron elsapiensporque no se les consideró totalmente humanos. Ahora el péndulo ha regresado y dicen que son tambiénsapiens, otra rama primitiva.

-¿Qué pasó con los neandertales?

-Ellos desaparecieron, nadie sabe exactamente porqué, y nosotros seguimos aquí. Gibraltar fue uno de sus últimos refugios. En Portugal se halló el esqueleto de un niño de unos 4 años y al examinarlo no sabían si definirlo como neandertal o como cromañón porque tenía características de ambos. Algunos dicen que se equivoca, pero el paleoantropólogo Erik Trinkaus, gran experto en neandertales, está convencido de que, según el ADN, toda la descendencia europea tiene entre un 1% y un 4% de genes o cromosomas de neandertal.

-¿Qué tenemos de neandertal?

-No se sabe, los científicos lo están estudiando, saben que hay algo, pero no han logrado identificar exactamente qué. Yo no estoy segura. Los neandertales eran muy fuertes pero creo que tiene más que ver con la forma de pensar. Seguramente hemos heredado algo útil pero no sé qué.

-Ayla tiene 25 años y es una madre feliz pero en su historia de amor con Jondalar surgen los celos, que en su sociedad están muy mal vistos.

-No es que antes no existieran, pero era una sociedad donde dependían tanto unos de otros que si había un elemento que la alterara y fuera causa de fricción, como los celos, que son tan destructivos, debían hallar una forma de evitarlos y no dejar que afloraran. Me di cuenta al estudiar pueblos nórdicos, como los inuit, los esquimales, que tienen luchas siempre verbales, de insultos feroces, pero nunca llegan a la agresión física porque dependen mucho unos de otros.

-Su sociedad prehistórica es liberal y algo hippy, hay relaciones sexuales muy liberales, incluso orgías, ritos de iniciación sexual, divorcios... hasta que descubren que los hijos son consecuencia del acto sexual...

-Es el elemento clave. Ya en el primer libro introduje la sexualidad pero sin la concepción de que sirve para procrear. El sexo era algo libre, un placer, no asociaban una cosa con la otra. Pero al descubrir que el sexo hace niños, la sociedad cambia para siempre. A la mujer se la libera al saberse que tiene el control de la sexualidad, de cuándo tener hijos o no aunque el hombre no debió de estar muy satisfecho con eso. Era el final apropiado para redondear la serie porque permitía al lector pensar en cómo eso cambió las cosas y cómo nacía la responsabilidad de la procreación que conlleva el placer.

-Para este libro visitó casi todas las cuevas prehistóricas de España pero lo ha ambientado en Francia.

-Quise poner algo de España pero ay, el libro se alargaba mucho. Me queda mucho material y, quién sabe, quizá escribo una novela policiaca con un crimen en la prehistoria, ja, ja.

-¿Qué siente al ver esas pinturas?

-En tres de las cuevas, lloré. El arte es tan perfecto... Tengo las paredes de casa llenas de arte, es mi vicio, mi debilidad. Las joyas de la corona son Altamira, Lascaux y Chauvet y Ekain.

-¿Por qué cree que los paleontólogos la respetan? ¿Por su rigor, por ir a yacimientos, por su investigación, que la ha llevado a hacer cursos de supervivencia en el ártico, aprender a hacer fuego o tallar la piedra?

-No sé. Quizá porque uso material científico, teorías en las que unos están de acuerdo y otros no. Creo que ven que me baso en cosas sólidas.