Javier Tolentino: "La independencia y la libertad harían volar a la radio"

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Alicia G. Arribas

Javier Tolentino, crítico de cine y director de "El séptimo vicio", el programa sobre cine de Radio 3 más longevo de la parrilla española, acaba de escribir un libro titulado "Disculpen que les hable de la radio" en el que reivindica la independencia y la libertad del medio como garantes de su futuro.

"En los tiempos que corren, tan ajenos a la transparencia, la austeridad en la gestión pública y el aprovechamiento de los recursos, los principios que harían volar a la radio no son otros que la exigencia de la independencia y la libertad para la creación", opina Tolentino.

El periodista, que habla con Efe por teléfono mientras viaja al Festival de Cannes, que comienza esta semana en la ciudad francesa, empieza tajante la conversación: "Lo que hoy llaman periodismo es sólo propaganda".

"Disculpen que les hable de la radio" (Ediciones Canibaal y 8 y medio, 2017) tiene alma de manual y es, de hecho, una práctica herramienta para ayudar a estudiantes de periodismo y "a otros que quieran hacer radio: que sepan -apunta el periodista- que la independencia es posible, no es una utopía, pero no se regala".

"Cuando llegas a una empresa periodística, lo primero que te piden es que seas un soldado y que cumplas con la disciplina. Pero entre lo que ellos quieren y lo que tú quieres hay un pulso que es la trayectoria personal de cada uno", reflexiona.

Por eso, defiende que lo que es hoy su vida y su trabajo es fruto de haber elegido un camino; "mi programa difícilmente podría tener cabida en otro sitio", asegura desde la experiencia de haber pertenecido más de 15 años a los servicios informativos de RNE, también en cargos de dirección.

"Me da rabia que el periodismo de este país esté bajo mínimos, y es así por culpa de las empresas y quienes las dirigen. El periodismo -reflexiona- podría ser maravilloso si hubiera buenos empresarios que creyeran en el criterio periodístico: con independencia y libertad, la radio española volaría".

Dedica un capítulo entero a la entrevista periodística, que "puede ser una obra de arte", y defiende sobre todas las cosas la diferenciación de los géneros, el valor del lenguaje y los sonidos de la radio -de los que lamenta su pérdida- y el uso del guión, introduciendo varios (y valiosos) ejemplos.

El libro es también un emocionante homenaje, a pie de página, de gentes de radio "imprescindibles" (cita a cerca de 250 compañeros), porque cree que "la radio es un equipo" y les debe la memoria.

Tolentino aprieta fuerte cuando habla de las concesiones de emisoras: "La radio es un servicio público y las cadenas de radio lo son porque reciben una licencia del Estado que deberían perder cuando no son fieles a ese principio".

Quizá por eso, el autor del ensayo "El cine que me importa", sale al ring para pedir "una revolución total" para la radio, "comenzando por abandonar la grandilocuencia, los gritos de la radio deportiva y el compadreo que les separa de una audiencia que busca comunicación entre iguales".

"Pero podríamos hacer la radio más importante de Europa, hoy, sin cambiarla. El modelo Radio 3, por ejemplo, resiste el pulso con las dos grandes cadenas europeas, la BBC (Inglaterra) y France Culture (Francia), y les ganamos, en conciertos y en programas especializados".

Ya existe, dice, una revolución paralela, simultánea, "que no es la solución, pero sí una puerta abierta a la libertad".

"Muchas personas le quitan credibilidad a lo que se dice en los blogs, como si el periodismo tradicional estuviera dando lecciones de independencia; todos sabemos que con las redes sociales, el periodista puede ir más allá de la empresa periodística a la que pertenece".