CRÓNICA

Un Jaroussky distinto

El contratenor convence, pero no emociona con su repertorio francés

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
BARCELONA

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Del reciente recital de Vivaldi en el Auditori a esta cita en el Liceu con la mélodie française media la distancia entre lo apoteósico y lo simplemente correcto. Philippe Jaroussky, fuera de su predominante repertorio barroco, complació a sus fans pero ni emocionó ni marcó la diferencia con un registro poco idóneo para sus características vocales.

El contratenor, aprovechando su tirón popular, se ha metido en esta  aventura musical de Green. El disco gira en torno a la poesía de Verlaine con piezas de autores como Fauré,  Poldowski, Debussy, Léo Ferré, Saint-Säens y Trenet, entre otros.

La estructura del recital, bien respaldado por el pianista Jérôme Ducros, resultó monótona. La sucesión de canciones de acentuado lirismo, en las incluyó diferentes versiones de poemas como Mandoline Clair de lune, no ofreció apenas argumentos para la sorpresa. La extrema sensibilidad del artista apareció pero, al predominar la interpretación en la franja vocal central, no pudo lucir sus más virtuosísticos recursos.

PREVISIBLES VISES / La velada llegó hasta unos previsibles bises con L'heure exquise de Hahn ofrecida en memoria de las víctimas de la catástrofe aérea de los Alpes, a las que el Liceu dedicó el concierto. Ya se sabe que no tocaba barroco, pero muchos hubieran agradecido una concesión final para reencontrarse con la excelencia de este artista.