James Daunt, el hombre que reflotó Waterstones: "El libro electrónico fue una moda"

El director general de la cadena de librerías Waterstones, James Daunt.

El director general de la cadena de librerías Waterstones, James Daunt. / MIREIA REYNAL

ERNEST ALÓS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

James Daunt (Islington, 1963) es el hombre que hizo el milagro de que la cadena de librerías británica Waterstones se levantase de entre los muertos. A los 26, después de abandonar el negocio de la banca, creó su propia cadena de librerías independiente, Daunt Books. En 2011, el millonario ruso que compró el agonizante gigante, al borde de la quiebra, le confió su reflotamiento; lo ha hecho, tras una dura reconversión laboral y convirtiendo esos grandes almacenes de libros en locales con actividades culturales, pero también con cafetería y 'merchandising'. Este año la cadena ha vuelto a los beneficios. Daunt ha explicado su experiencia en el Fórum Edita Barcelona, que ha planteado a distintos especialistas cómo será el sector del libro en el 2030.

¿Cómo será una librería de éxito en el 2030? No creo que vaya a cambiar mucho, seguiremos reconociéndola. Seguramente nos habremos asegurado de que los locales están situados donde pueden funcionar como centros sociales. Lo que determinará la calidad de las librerías será la personalidad del librero.

¿Cómo conseguir su propósito de que en una cadena de 276 librerías, estas funcionen como librerías independentes? El reto de las cadenas de librerías es utilizar su potencia financiera y la fuerza de sus servicios centrales para reforzar las librerías. Y evitar la tendencia de todas las grandes cadenas de controlarlo todo, estandarizar, despersonalizar. En la ropa eso funciona, en las librerías, no.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"En las cadenas de ropa, controlarlo todo, estandarizar, despersonalizar, funciona. En las librer\u00edas, no\"","text":"\"En las cadenas de ropa, controlarlo todo, estandarizar, despersonalizar, funciona. En las librer\u00edas, no\""}}Las nuevas librerías independientes, aquí, tienen como distintivo funcionar como centros culturales, con presentaciones, cursos, clubes de lectura... La gran mayoría de librerías urbanas deberían ser así. Quizá no en los centros comerciales, pero las mejores librerías han de ser lugares donde los autores se encuentren con los lectores, donde se lea libros a los niños... El sentido de la librería es este vínculo con la comunidad.

¿En qué medida el resurgimiento de Waterstones depende de su cambio de modelo, o del declive del libro electrónico en el Reino Unido frente al impreso? Cuando tenemos un competidor tan poderoso como Amazon cualquier poder responsable debería estar preocupado por proteger las bibliotecas y también las librerías. Pero si una librería es buena puede defenderse por sí sola. 

¿En su faceta 'online', cuál es su actividad? Solo el 2% de nuestras ventas son ventas ‘online’ de libros físicos. Las ventas de libro electrónico son el 0%. Somos vendedores de libros físicos en librerías físicas. Allí es donde el librero tiene valor.

Usted sorprendió cuando se asoció con Amazon. Y de nuevo cuando rompió y dejó de vender dispositivos Kindle. No tengo ningún problema con Amazon como empresa, sí porque no pagan impuestos y no son miembros responsables de la comunidad. Yo soy agnóstico al respecto. Intentamos que la gente comprase los lectores electrónicos dentro de nuestras librerías, y cuando se dejaron de vender, dejamos de ofrecerlos.

¿Por que cree que se ha producido ese declive en la venta de libros electrónicos en el Reino Unido? Hay necesidades repentinas, modas, como los juegos electrónicos en los móviles o que los jóvenes vayan con los jeans caídos enseñando el culo. Fue una moda, todo el mundo quería un libro electrónico, y al cabo de dos años dejó de ser moda. Ahora hemos llegado a una utilización lógica de los libros electrónicos: la gente mayor que necesita letras grandes, la gente que quiere leer barato sin preocuparse mucho del contenido, la gente que lee mucho viajando... La experiencia física de leer en un libro electrónico es distinta, la relación que se establece es diferente. Cada libro impreso es distinto y los libros electrónicos están estandarizados. Parte de mi carrera profesional depende de recordar los títulos de los libros, pero cuando leo libros electrónicos, no los recuerdo. Hay estudios que sugeren que estos problemas de retención suceden a todo el mundo.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Es incre\u00edble la concentraci\u00f3n y la calidad de las librer\u00edas en Barcelona\"","text":"\"Es incre\u00edble la concentraci\u00f3n y la calidad de las librer\u00edas en Barcelona\""}}Volviendo a Amazon. ¿Sus ensayos de abrir librerías físicas son algo más que un experimento? ¿Son una amenaza? Tiene que ver con la especificidad geográfica de EEUU. No son comparables a una buena librería. Yo ni les diría librerías. Tienen 5.000 libros. En los primeros cinco metros de La Central ya tienen 5.000 libros. Pero en EEUU hay muchos espacios sin librerías, y mejor eso que nada. Un tejido librero sano no debería preocuparse.

En el Reino Unido y EEUU no cuentan con el mecanismo de protección del precio fijo. ¿Qué pros y contras tiene su sistema de descuento libre? Me cuesta ver las ventajas, la única es que te obliga a regresar a los principios básicos. Tenemos ventas estables, e incluso crecen, aunque nuestros compradores saben que en internet lo podrían comprar mucho más barato en dos segundos. Si no eres bueno como librero, si no haces buenas presentaciones, tus clientes no te perdonarán.

¿Conoce las librerías de Barcelona? ¿Qué opina de su tejido librero? Es increíble, he venido andando desde La Central, que está aquí al lado, y en cinco minutos he visto dos librerías más. Es increíble la concentración, la calidad es remarcable y están llenas de gente. Esto no lo tenemos en el Reino Unido.

Aquí las librerías independientes son el 40% del mercado. En el Reino Unido, el 5%.  Tenemos supermercados que venden libros, o WHSmith, que vende chocolate y libros, pero eso no es una librería. Las librerías independientes que tienen aquí, si no tuviesen el precio fijo, desaparecerían. Se eliminarían esos nodos de la vida cultural local.