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Un momento de la obra de teatro musical, 'Invisible'.

Un momento de la obra de teatro musical, 'Invisible'. / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

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A veces los sueños se hacen realidad. Lo sabe bien Toni Luque, el productor de 'Invisible', un original musical que habla de segundas oportunidades, miedos y soledad. Su sueño, dirigido por Alícia Serrat ('Pegados'), con texto de Sílvia Navarro y música de Ernest Fuster, se hará realidad a partir de este martes en el Eixample Teatre, donde recalará hasta el 16 de abril.

Los protagonistas de 'Invisible' son Àlex, una estrella del rock hastiada de la fama, interpretada por una actriz de musical con experiencia como Lucía Torres Lucía Torres('Mar i Cel', 'Scaramouche'), y Noah, un chico tímido de familia adinerada, encarnado por el cantante y actor Adrián Rodríguez ('Física y Química', 'El chiringuito de Pepe', 'Tu cara me suena'). Estos personajes antagónicos se conocen en White Ink, un centro que ofrece la posibilidad de reinventarse borrando del pasado aquello que se desea olvidar. Ambos trabajan con Sasha (interpretada por la valenciana Paula Berenguer), una psiquiatra interesada en comprobar si el experimento de borrar la memoria logra la felicidad de sus pacientes.

ECOS DE 'BLACK MIRROR'

"Le pedí a Sílvia que escribiera una historia con la que cualquiera pudiera sentirse identificado", declara Luque, cerebro en la sombra de este musical próximo al espíritu de la serie futurista 'Black Mirror'. 'Invisible' es tan atrevido y peculiar como su productor, un exbailarín y coreógrafo barcelonés de 33 años, amante de los musicales, que ha invertido el dinero de una herencia en el mundo del espectáculo.

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"Lo primero que hice fue lanzar una convocatoria en internet en busca de guiones. Recibí muchos, pero nada interesante", recuerda. Alguien le recomendó a Sílvia Navarro. "Yo ya sabía que quería hablar del mundo de la música y de la soledad. Le planteé mis ideas a Sílvia, hubo 'feeling' y empezamos a trabajar". Aunque el título de la obra es suyo, insiste en que ha dado "plena libertad" al equipo creativo.

UN PRODUCTOR 'A LA AMERICANA'

De momento, lo cierto es que todos alucinan con él. Y en positivo. "No estamos acostumbrados a trabajar con gente como Toni, alguien superimplicado que te paga todos los ensayos, algo poco común", señalan los actores. Además, la producción funciona como un reloj. "Trabajo un poco como un productor americano", explica Luque. ¿Y eso qué significa? "Por un lado, los actores cobran desde el primer día de ensayos hasta el último de funciones. Por otro, me niego a ir al 50% con un teatro. Me parece injusto que quienes no han arriesgado un duro cobren lo mismo que yo". 

Tampoco ha escatimado en escenografía, una caja llena de sopresas diseñada por Carles Pujol, completamente blanca que se va transformando para acoger diferentes espacios. "Es una de las sorpresas del espectáculo. Una metáfora de los recuerdos y de cómo se guardan", comenta la directora. "Más allá de la temática, el elemento de ciencia ficción está presente en la manera de abordar las escenas".

La banda sonora tira hacia el pop-rock. "Se ha realizado con cuatro grandes músicos; no es de ordenador, pero está grabada", destaca el director musical Ernest Fuster. "Solo las voces son en directo por motivos de presupuesto", añade el productor. "Tener a los músicos en directo y no pagarles es una opción que no contemplo". Y aclara que, si 'Invisible' funciona en taquilla intentará contar con ellos si el espectáculo se repone. Otro sueño.