CRÓNICA

Un intrépido Lanois

El músico y productor pilotó un ambicioso viaje sonoro en el Blues & Ritmes

JORDI BIANCIOTTO
BADALONA

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Podría haber sido un mero episodio de exhibicionismo, el lujo de ver al genio del laboratorio de cerca, pero acabó siendo una clase magistral y un resumen de cómo la música moderna puede fundir raíces y futurismo, espiritualidad y abstracción, y dejar un rastro de emoción. Durante las casi dos horas de actuación de Daniel Lanois viajamos desde las esencias afroamericanas del blues minimalista hasta la exploración ambiental, y la voz, el pedal steel y la colección de máquinas del canadiense se fundieron en un único, serpenteante, discurso sonoro.

Noche de altos vuelos, la del miércoles en el teatro Principal, de Badalona, dentro del festival Blues & Ritmes. Lanois y sus dos músicos, el batería Kyle Crane y el bajista y cantante Jim Wilson, construyeron un recital de atrevida trayectoria donde, pese a la distancia aparente de los piezas que estaban en juego, todo fue encajando mientras involucraban al público en su trama. Comenzando con el pedal steel en primer plano, y la voz susurrante de Lanois abriéndose paso en piezas atmosféricas y emotivas como I love you y The maker, con un poso místico que se mantuvo latente durante todo el set aunque adquiriera formas cambiantes. Poco a poco, esas atmósferas se hicieron más maquinales, como en Sioux lookout, de su último disco, Flesh and machine, sin perder un punto de anclaje humanista, aquí vinculado a la memoria nativa americana. Electrónica ambiental con pulmón orgánico y poderoso groove a partir de una vigorosa batería que sustentó un sofocante ritmo de drum'n'bass en Burning spear antes de emprender un giro hacia el dub.

FONDO EMOTIVO / Ahí estaba, ante nuestros ojos, la génesis de la fusión de tecnología y raíces, atmósfera y músculo, que Lanois aplicó en los 80 a U2. Tras un crescendo instrumental abrumador, proclamó la paz con un conmovedor Sometimes y un recordatorio hacia«las víctimas de estas últimas semanas en el Mediterráneo».

Música mutante y exploradora con un fondo emotivo, poético, transmisora de inquietudes terrenales. Un Lanois que demostró porqué lleva 30 años erigido en estrella de la sala de máquinas del rock. Hablamos de uno de esos músicos de músicos, también en Badalona: entre el público se pudo ver a Manolo García, Adrià Puntí y miembros de Seward. Todos podemos aprender algo de un recital como este.