Intérprete del espacio

A pesar de que expuso en museos de todo el mundo y situó sus obras públicas en las ciudades más importantes, Andreu Alfaro (Valencia, 1929-2012) no se consideró nunca artista. «Yo no soy artista, como mucho -dijo en una ocasión- he llegado a divertir con el arte». El jueves por la noche, después de varios años retirado de la vida pública por problemas de salud que últimamente se habían agravado con una bronquitis y dificultades cardiacas, el escultor valenciano falleció a los 83 años. Muere con él uno de los escultores contemporáneos de referencia, pionero en la recuperación de la modernidad que truncó la guerra civil. Pero deja como legado más de 2.000 esculturas, geometrías de acero y aluminio o columnas helicoidales de mármol. Muere, como le cantó su amigo Raimon, «el torsimany de metalls».

Autodidacta e hijo de carnicero, se convirtió en un experto -qué remedio- afilador de cuchillos. De rostro afable y mirada curiosa, hablaba con humildad y solía tirar de ironía: «La verdad es que he tenido suerte, ser artista es una cosa lamentable, y ser hijo de artista debe de serlo todavía más», proclamó en otra ocasión con sorna. Su amigo, el pintor Juan Genovés, dijo ayer que con su muerte «Valencia ha perdido uno de sus hijos más importantes». Andreu Alfaro nació y residió siempre en su ciudad, donde, a pesar de impulsar el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y ser un referente del arte de la segunda mitad del siglo XX, pasó casi siempre inadvertido por la Administración.

LOS MATERIALES / Premio Nacional de Artes Plásticas en 1991, Andreu Alfaro inició su actividad artística como dibujante y pintor en la segunda mitad de la década de los 50, realizando sus primeras exposiciones individuales en los años 1957 y 1958. Durante la segunda mitad de los 60, trabajó también la madera y en la década de los 70, el plexiglás. A partir de los años 80, volvió a materiales más tradicionales como la caliza o el mármol.

Su trayectoria fue cambiante, aunque siempre aplicó la racionalidad a la creatividad y asimiló la metodología de los procesos y materiales industriales. Siempre mantuvo, además, el convencimiento de que la escultura debe servir para simbolizar actitudes o argumentos colectivos. Sus obras son consideradas un referente en el mundo de la arquitectura y el compromiso con el país. Los ideales de libertad, democracia e ilusión son elementos constantes. El galardón que cada año otorga el movimiento cívico Escola Valenciana es una obra cedida por el propio Andreu Alfaro,Intentando la libertad. El escultor fue un férreo defensor de su lengua y cultura.

Algunas de las esculturas del artista pueden admirarse en su ciudad: en los Jardines de Viveros hay una estatua en homenaje a Ausiàs March y en la estación del Norte, un homenaje a la mujer.

OBRAS EN CATALUNYA / Las imponentes columnas de la Universitat Autònoma de Barcelona también forman parte de su obra y representan la voluntad del conocimiento, la libertad de expresión, la identidad cultural y la solidaridad. ElMonument dels Països Catalans en Tàrrega; losRombes bessons, una escultura ubicada en el parque de Cervantes de Barcelona; laEscultura per Europaen Girona y el monumento a la Mujer en Terrassa completan las piezas más representativas en Catalunya. En Madrid, se encuentra suPuerta de la Ilustración, formada por arcos de acero inoxidable, que cruza la avenida de la Ilustración. Su obra está presente también en la fachada del Banco de Santander de Nueva York y en ciudades alemanas como Colonia, Mainz o Fráncfort.

La capilla ardiente de Andreu Alfaro se instalará mañana en su estudio de Rocafort (Horta Nord) y, posteriormente, sus restos serán incinerados en un acto de carácter estrictamente familiar.